Super enamorado

Nunca me había pasado. Soy feliz, tengo en mi vida un plan de vida. Tengo el amor de una princecita. Me importa que sepas que nunca fue farsante mi intención, llego desde un lugar interno para tu protección, un proyecto de salvación.

Faceta atemporal hacia la princesa y el rey

En albores del saber considerados importantes un hijo se hace padre evitando la maternidad. El abandono se aleja del rencor madurando con el hoy. Donde la verdad traza un segundo plano hacia la confianza.
Dos momentos incomparables se abrazan, son vividos en momento, lugar en ambas miradas llevadas por la misma briza de un solo viento. Esperanzas de llegar.
La luna que esconde tras de si un océano de impureza nunca se muestra tal y como alberga ser, la mentira es una aguja profunda atravesando la piel con carne que se baña de sangre en enraizamiento de venas y dolor. Más allá de lo carnal existe un alma igualmente perforada que sangra lagrimas, la señal terrenal del anima.
En mi lugar dos verdades tan iguales como ser o no ser quien quiero ser, la fuerza del emperador con su verdad y la contrariedad del pupilo que desea gobernar. Alterando la predicción psicohistorica una mujer altera la historia. La matiz de un destino inimaginado ahogado del amor apático.
Entrometida sintomatología de tormenta lleva, la decisión de continuar encanta, cada pauta una acción arriesgada. Lo correcto es una negativa iniciada por una mala vida. El trauma de ayer es un tatuaje actual, la marca en la piel pronuncia lo inentendible con un grito de auxilio. Amor me piden tus ojos, el efecto me entrega tu cuerpo, el gustoso aroma del placer retiene lo que el ego no expresa al saber que lo perfecto se puede obtener del sacrificio de arena. Esperar con tiempo al tiempo y obtener lo que los sueños ya no pueden retener, tenerme y descubrir lo que jamas hubieras tenido sin mi.
Tanto por el padre hecho amigo como por el enamoramiento profundo. Las cualidades de un ser se adaptan hacia un mismo destino.

Caminando por el borde de la avenida Warwick, dando paso a la gran plaza, la esperaba

Pasos lentos me hacían caminar sobre nubes, el sol cálido me acunaba, mi dolor no era más que algo estacional en esos previos segundos. Sabia que faltaba para la hora.
Paseando clave mis ojos en esa manta con todas esas hermosas piedras, observe aquellas dos, esas dos que me unirían a ella como un talismán, que la protegiera por mi, o de mi.

La tarde fue tranquila hablando con los vagabundos del vino, me alegro mucho el contacto humano que tuvieron conmigo tras casi un mes de no hablar con nadie. Me quede viendo como engarzaban los pequeños cristales con maestría. La hora se aproximaba y yo no me sentía ni mejor ni peor, estaba pensando en nada, esperando aquel momento, cuando todo termino, y llegara el momento. Al despedirme de ellos fui a buscar un banco cerca del punto de encuentro donde esperarle.
Todo tenia un color amarillo que el sol brindaba, sabia que era mi ultimo momento con ella, tal como le había prometido.
A mi izquierda apareció caminando lentamente, era tal como la estaba imaginando un pasado instante, incluso mejor. Me pare dando unos pasos hacia ella, tenia sus gafas ahumadas puestas y la miraba fijada en la nada. Saludo y la abrase, sentía el tacto de su pelo en mi, y su blando y sedoso cuerpo entre mis brazos. Me separe por unos centímetros y la invite a sentarse, estaba a mi derecha y todo se ilumino más con su presencia, me sentía extrañamente cómodo a pesar de todo, e intente no llorar mientras hablamos.

Me contó cosas, le conté algo, hay tanto, hay tanto que contar que seria demasiado pesado. Le regale cinco anillos; los anillos, ahora si estoy llorando. Los anillos que le compre al chico de la estación de colectivos, recuerdo la cara del tipo, recuerdo los anillos.
Le di un tarro de mermelada de duraznos de que mi abuelo preparo para ella, y uno de los cristales frescos engarzados para ella, diciendo que simple estaríamos juntos allí; y miro mi collar con el dado y me comento que también usaba el suyo, eso me hizo sentir muy feliz.

Al irse me acompaño hasta la estación, quedamos esperando juntos, quería ver sus ojos tras sus gafas, estaban tan hermosos como lo fueron la primera vez que realmente la vi, la amaba, y se lo dije, se lo dije llorando. Cuando el tren llego yo la mire y le pedí un beso, deseaba besarle, y abría dado mi vida por ello, pero no sucedió.
Entre en el vagón, la mire mientras el tren se alejaba, corrí hacia atrás observándola, mirándola, corriendo y mirándola hasta topar con el ultimo cristal donde me quede fijamente anclado hasta que desapareció. Quede observando la nada, terminando, sentado, desesperadamente llorando, mis lagrimas caían una tras otra y mi llanto sordo solo retumbaba dentro de mi corazón y mi tristeza. Esa vez fue la ultima vez.

Gorila

La inteligencia trae consigo felicidades fragmentadas.

Elocuencia en su postal

No sabia como plantear pero imagine al bello pajarito elegante y desconocido, en el encontré ciertas metáforas literales a las que aferrarme, produjo palabras y estas a su vez oraciones entrelazadas que gustaban riman y expresar sentimientos acordes al intento de querer expresar. Causo satisfacción al encontrarle coherencia en la historia, la justa medida de emociones, un orden.
Agradezco al cantor que duerme en el estomago retorcido de una serpiente, al fotógrafo por captar el momento compartido que ayudo a crear algo tan distinto a lo inicialmente establecido.

Brisa Este

Treinta y tres escalones subidos con treinta y cuatro pasos. Por cada paso un escalón, y por escalón una vista hacia atrás donde encontrarte de espaldas ante mi mirada. Se que lloras sin mirarte, y se que lloras al imaginarme, se que estas al no estar. Se tanto sin saber cual es realmente la verdad.
Lo que se concreto quedo momificado, la vida que murió sigue viva en nosotros dos. Calor mientras respiras, esperanza mientras vivas.
Los países se separan por los ríos, el que nos separa es cruzado por un puente elevado. Me encuentro mirando de lejos tu silueta por el contraste de las luces de la ciudad, desde la selva puedo llegar a notar que esa es la presencia que me espera para continuar, porque sin cruzar voy a llegar al significado de lo que significa estar a tu lado. La promesa misma, otro cuerpo, otro nombre, otra voluntad, nuestra verdad.

El arte de la guerra

No me ganas en escaramuzas, siempre ganas. Tú eres mi aliada, ganaste el amor y con ello todas las batallas.

Personal y universal

Un reto a mi mismo, buscar el error y desafiarlo, intentando trasformar la realidad en algo positivo y aprovechable.

En invierno, té y chocolate

Como gotas de leche en un oscuro lienzo, así es tu piel comparada con el cielo, un abrazo pleno en el momento perfecto, dos humanos entrelazando cueros, un amor, solo uno, causa de dos que superan las expectativas de dios. Entre la música del ordenador en reproducción nacen lagrimas de la piel de invisible parecer, confundidas entre la lírica nuestras poesías emanando las sonrisas. Solo afecto sabes dar, solo afecto estoy dispuesto a negociar, el pacto se rompe con cada beso y cada juego y el forcejeo que no es cierto. Sometidos por voluntades que parecen lo que señalan con la claridad de una chica en minifalda y un hombre abrazándola. El amor no se siniestra si es verdadero en su acción de formular una sensación compartida por dos. Un frió mar a nadar, pero menos fríos que las sociedades que se disponen a contaminar su pureza original.
Ningún pecado, dos amantes amando.