Mes a mes, cuidame

Un placer común, que es hermoso si es recidivo de otro. Todo lo que hacer para vos fuera un regalo para mi. No olvides que mi vida fluye a traces de ti. Que eres mi razón de seguir.
Tú me salvaste a mi de un suicidio temprano, o de perderme en mi mismo durante años. Antes de que mi destino no tuviera destino. Recomenzando. No es tan fea la vida de esa manera. Soy más yo de esa manera que otros mostrando su vida entera.

Hacia la única dirección que corro es hacia la que me lleva a ti. Si no supieras acercarte yo te enseñaría, y yo aprendería por ti.
La corona te corona, pero no existe tal corona, la reina de una reino que no reino, parajes de ensueños que te despierta de un sueño para despertar en sueños.
Una gran sensación de enamoramiento profundo. Un opiáceo visual. Cada detalle de tu cuerpo es oro en mi memoria. Una imagen que te enseña lo frágil que puede ser la realidad, lo valiosa que puede llegar a ser una mirada.

Sos lo mejor que tengo, y no eres lo mejor por ser lo único. Eres y seras lo único por ser lo mejor. Intenta ser buena, cuidarte, observar. Ser tú misma, y una mejor tú cada día.

Mes a mes, besame

Cayendo cansado del arduo trabajo, dejando una cicatriz de saliva desde mis labios hasta el cuello donde caes rendida.

Dejando tu oreja desprovista de defensa. Para que lentamente mi nariz se abra paso hasta donde se encuentra. Los labios Cayendo cansado del arduo trabajo, dejando una cicatriz de saliva desde mis labios hasta el cuello rendido donde caes. Dejando tu oreja desprovista de defensa. Para que lentamente mi nariz se abra paso hasta donde se encuentra. Los labios la besaran, morderán el lóbulo con delicadeza, la lengua saldrá bailando entre los surcos, creando danzas de placer que van adormeciendo y excitando a la vez.
Tu aliento me pide que no pare, pide más. Pide por labios u orejas. Pide mi dios a su pastor, le doy, de doy su ofrenda. Un regalo de piel por piel y mi vida como sacrificio.

Quiero recorrerte con un solo beso caracol besando tus besos. Tus labios como leche y galletas despiertan apetito de desayuno, esta por amanecer, llevamos horas sin poder parar de comer, saliva, sudor y piel. Sentirte es como una droga, la comida picante que cenamos hace horas, afrodisíaco sensual de lo más diversos placeres.

Las lagrimas caen y aderezan tu boca. Los pájaros cantan, intrumentalizan la llegada del día, los píos inician los bostezos.
Estar entre tu cabello, respirando su fragancia mientras voy cayendo victima de su somnífero iniciador de sueño.

Un secreto

Es del norte, su piel es de rayos de luz, y su cuerpo tallado en caoba. Su voz es el latido de un halcón, sus ojos son un par de perlas negras, su cabello son hilos de caramelo. Su aura es roció en luna llena, su esencia es brillo de rubí. Porta en si misma un estandarte de bondades.
Gané ante las posibilidades de que te golpe un relámpago, me golpeo el alma, me llego al corazón.

Puede que no sea un secreto para ti si te miras al espejo.
He llevado una imagen de chico enamorado todo éste tiempo, confesé un sentimiento falso, tu casualmente sentiste lo mismo, y comencé a engañarte desde ese momento... Si tu supieras lo que yo realmente siento, soy tan tímido que tengo que decirte todas esas cosas falsas y maravillosas. Creo que jamas podre decirte la verdad.

Tengo una estrella en mi interior que se ha prendido por un sueño. Puede que tenga que arrastrarme entre cristales, oxidado y afilado metal, púas y espinas de plantas malignas. Todo para llegar a demostrar un mínimo respeto a tu presencia.
La vida es una solo, y en ese hecho abita su valor, podría sacrificarme por mi dios, o podría peregrinar hacia tu templo Mexicano. Dedicar mi vida a entregarle mi sudor y mi aliento. Alimentarla con mis sueños y esperanzas, a entregarme a sus garras para ser despedazado en vida por su terrible calor, en ese deseo que envuelve y tortura con pasión. Y cada día le rezo en palabras una oración, para ser elegido como su súbdito absoluto, ser su victima hasta que devore mi eterno amor.
¿Podrás soportar que te mienta por el resto de la vida? Quizás en el cielo, cuando seamos solo uno, puedas ver en mi lo que en vida no te pude decir.

Te amo... aunque la palabra no expresen lo que realmente siento.
Tengo fe en que el lenguaje de mis dedos en tu pelo, de mis labios en tu cuelo, del aliento con aliento, puedan hacer de mis sentimientos un manifiesto.

Siento un amor que me esta consumiendo. Arde tan fuerte... Las lagrima salen y se evaporan. Las palabras se pronuncian calientes. Un temor a tocarte y quemarte me invade.

¿Que puede ser más feliz que vivir lo que estoy viviendo?
Éste es el momento en el que yo pregunto si quisieras ser algo más que un sueño, un amor, algo eterno, algo cierto, una prometa ya cumplida, un amante, una amiga. Las palabras abrazadas por interrogantes, el afirmativo impronunciable, ese que a dúo contestamos al mirarnos, ese que los besos certifican, eso que vendrá verdadero. Todo lo que sabemos que pasara, y aun no podemos pronunciar.

Un lugar del infinito

Llegas con cada mañana, me deleitas con cada anochecer, tu presencia celeste me cautiva. La miel de media noche. Sin saberlo te observo, desde un lugar secreto de mi mente, entre el laberinto del cerebro existe un camino que lleva directamente hacia ese lugar donde todo lo bello abita. Donde todo lo mágico se reúne.
Estas sentada, dormitando en un trono hecho de montañas de caramelos. Con la diadema de cristal colgando entre los dedos, la espada clavada entre un cumulo de azúcar cristalizada, el parasol rodeado de almohada entre un brazo. Solo tú, en aquel lugar del pensamiento, un paraíso de deseos, un sueño entre sueños. Dentro del palacio de arena te encuentro, llegado de un lugar muy cerca y muy lejos. Tus animales preferidos me escoltan a tú acercamiento. Despiertas de un bostezo, te miro, sonriendo desde dentro, sonriendo a medida que tus pasos saltan a mi encuentro. Saltas al abismo. Me besas sin permiso en un lazo infinito.

En dos / Dos partes

Una sonrisa asesinada por un despiste intelectual. Un miedo acrecentado por las dudas del mañana. Una palabra mal diseñada bombardea una idea mal planteada.
Los errores se pagan con las monedas ganadas. Las monedas acuñadas de confianza ya no están, y la fe enterrada es nuevamente minada. Lentamente voy alimentando la forja helada, para que todo lo bueno pueda ser nuevamente representado más allá del humo de las palabras.
Detallare una a una, apilando mis sentimientos dorados en una montaña que puedas ver, tocar. Que puedes derrumbar, para ser envuelta en un mar brillante con música de sinfonía de alegres sonrisas.
Si mis miedos traen dolor, entonces los trasformare en aire congelado, enterrado en un cubo de hielo muy dentro de mi alma. Porque la calidez es la fuente de la que te alimentas, la poción.
Pido un perdón que creo no merezco. Pido por vos, a mi dios. Te pido busques en tu corazón la novela que lleva en portada mi nombre.

Electrica

Pude esperar por 15 millones de años la llegada de un astro que trajera un polvo sagrado, producto de hielo evaporado, de luz y barro. Un cóctel de vapores cargados, de perfumes colmados de colores que bañaron la suave piel de tus labios.
Un nuevo sol que broto del espacio, un satélite de calor que bajo levemente rapido, descongelando la sangre de un espíritu cansado. Los peses se ahuyentaron, los delfines se acercaron. El mar enfrió lo que el mal no pudo, y caminando por el fondo las algas crearon un manto al desprenderse de las aguas. Un vestido animal y un cuerpo esmaltado en dorado se acercaron, observando con un rostro avergonzado mi rostro abrumado. La arena se cristalizo tras sus pasos, y su delicado cuerpo cayo en mis brazos, tan liviano como las plumas de un árbol invernando. Allí parado todo paso, pasamos del tiempo para conectaron en besos. La estrella fugaz se estrello en el alma que observo, siendo eternizada por un pacto, un mutuo deseo, y la realidad de miedos sinceros.

Dejo sus poderes guardados, se enfrió para estar a mi lado, contrajo su luz en tono acaramelado, tomo mi mano y me condujo a lo lejano.

Diosa Luna

Porque no es el sol lo que me fascina, en mi búsqueda existe una bella luna. La más grande y brillante estrella del éter eterno, esa, es ella a quien quiero. Nada volvió a ser igual desde que aquel bebé miro hacia el cielo, desde ese momento solo sus ojos rebuscaron un rostro en su recuerdo. Una fugaz estrella perpetua, anclada en las alturas, buscando en la llanura de un espejo un similar reflejo. El llanto acuna a la diosa de las cunas, en su eterna noche encuentra aquella alma nueva, dulce entre lo lúgubre de un mar de penas.
Sin poder aguantar la distancia, danza, canta, entrega, muestra todo aquello que experimenta. El niño ya hombre observa y no lamenta, porque la aurora es el suspiro de su reina.

El ser carnal aprecia a pesar de las eras, que en la distancia existe una puerta, abierta, al servicio de una vida eterna.

Cristal diamente

Ella como una infinita sombra clara de luz que viaja entre todo y ve todo, donde una gota cristalina de roció, donde un cristal roto. Un mundo puro invadido por la curiosidad, solitaria observa y nunca se observa. Ella única observa en otros ojos unos ojos que no se ven como los otros, ella deja de fingir ser otros, para ser ella misma, para ser por primera vez de la forma que se quiere ver. Y la amistad se afianza, comienza a ser más que una simple farsa ilusionada por soledad.
Trascurren los secretos, y un cristalino cobijo se encuentra en sus palabras de abrigo. La soledad no es igual, puede ser la misma, pero jamas volverá a golpear igual, ahora sera reflejada por la fuerza de algo que va mucho más allá.

Carbon diamante

El, seco como la más seca lagrima invocada. El, siempre presente, siempre que exista una sombra de una luz. Un amigo o enemigo, de construcción o destrucción, la amabilidad de la simpatía que esconde entre su oscuro algo más profundo que una sonrisa oscura. Una sombra de un amigo, o un verdadero amigo, donde los táctiles y visibles son las verdaderas suciedades. Los fantasmas que palpitan una sangre seca y desagradable, perturbando el aire con mentiras. El engaño no es su forma, el engaño son las demás formas, dañinas, asesinas.
En perpetua sinceridad vive, satisfecho de ser el resultado de una fuente de luz, de una inevitable circunstancia del destino que ha hecho de el un ser leal.
La soledad no es igual, puede ser la misma, pero jamas volverá a golpear igual, ahora sera ensombrecida por la fuerza de algo que va mucho más allá.

No soñar, vivir

Ya estoy en la cama, debajo de las sabanas abrazando la almohada. Te miro medio escondido por las mantas. Riendo debajo, sonriendo sin ser visto. Pero mis ojos me delatan, tu risa me acompaña.
Me encantas, tanto fuera como dentro de la cama. Ya da igual soñar o no soñar. Si sueño es contigo, y si despierto es lo mismo.
Ponte el pijama, entra en la cama, mis labios abren hasta el amanecer. Esta noches vamos a volar por Neptuno, conozco un bar donde sirven los mejores desayunos.

Algo entre dos impares

Es tan seductora la locura que me enturbia, es el almíbar aun tibio de un sentimiento. Regala ese dulce secreto, el rubor con tu sonrisa, la mirada con rocío de lluvia y una postura defensiva a los ojos que te miran.

Es la hora de finalizar el sueño, la hora en la que suena una campana y un despertador, en un lugar y en otro del globo, sincronizados en una danza mundial de amor. Y el despertar es feliz, desesperado, buscando aquello que es tan lejano, y real, tan real como el sol a la mañana, y la luna durante las noches de charla. Como el cielo que nos conecta y nos trae esa briza que acaricia al unisono tú mejilla y la mía. La blanca luna, el espejo, la forma de comunicarnos con lo verdadero. Todo lo que es y sera por siempre motivación y sueño. El empuje que nos ha llevado al encuentro.

El amor sin más, con miles de motivos y ninguna explicación. El deseo infiel y pagano del corazón, el señalado y perseguido por los que a nada aspiran, de los que la vida no reciben ni dan aquella energía que nosotros creamos y regalamos al amar.

Un ciclo perfecto de bondad, donde nada se rompe. Me alimento de ti, tú de mi; me curas, y yo te curo. De esa forma, paso a paso llegamos. Atravesamos todos los mares y desiertos. Tras tanto sacrificio, descubrimos que el paraíso estaba en el lugar al que siempre volvimos, del que nunca partimos...

Suave, dulce, delicioso

Entro en la ducha y todo trascurre con normalidad. El jabón cubre mi piel, aromatizandola, preparándose para tu encuentro. Mientras el agua se va enfriando, yo voy llevando el grifo hacia temperaturas mas elevadas. El liquido vapor me lleva muy lejos, y comienzo a imaginar tu desnudo y suave cuerpo, que aparece de entre la niebla y me abraza. Como si nos hubiésemos fundido en la misma roca de la misma cascada. Tus pechos que se aprietan en tu pecho contra mi pecho, los surcos de agua que bajan de mi cuerpo hasta tu cuerpo, conectados suavemente en intento de fusión. Y comienzo a dormirme, comienzo a desmayarme conscientemente, con una sensación de paz tan cálida como el agua que me quema. Sin resbalar, pero consiente de la posibilidad, estuve enamorado de ti por un millón de años, en una decena de minutos, en par de miles de gotas largas de ducha. Siento que estoy llorando de felicidad por dentro, como si la cortina de lluvia fuesen mis ojos abiertos al viento. Que nos bañan mutuamente, que nos llevan el cielo nuestros encuentro, donde ahora solo hay un cuerpo. Fue peligroso, sumamente delicioso.