martes, 26 de diciembre de 2017

Negro y blanco


Así se dan las cosas en el ciclo circular, que poco dicta del ideal. La circunferencia se rompe a la distancia, pero las lineas serpenteantes no se cortan, forman un dibujo orgánico, verosímil a la vida transitada en austeridad. En el deseo inmaterial de amar una vez más, como subsistencia directa para soportar la realidad.

La tierra seca donde lo sembrado no brota, mientras la primavera pasa hacia el verano desesperanzado.
Desde la ventana se observa el follaje de aquellas pequeñas hojas que hacen horda, por el hambre solar y por ocultar de mi mirar el paisaje social. La urbanidad, musa principal de lo que aqueja, definitoria y concreta, futuras mellas, clonando el esquema del hierro en guerra.
La humanidad en su expresión final de todo mal, forjadora inicial del significado, implícito en el código de heraldo de grandes simios blancos.
Así nacemos, así morimos, por el arma dada al amigo.

domingo, 24 de diciembre de 2017

Presidenciable


Desde fuera es razonable, desde dentro es culpable.
La apatía como síntoma psiquiátrico y sistemático de la sociedad. Queda en evidencia que la humanidad se merece a los lideres ridículos que tiene, pues su población, payasa e ignorante, no es capaz de evolucionar. Mente colmena, enajenada, con problemas psicológicos infecciosos que afectan al conjunto mayoritario de individuos que unifican la masificación, con la que avalan sus actos de barbarie incrédula. Como un virus invisible que se traslada a los débiles cerebros, parásito que nutre del ego.
Patético, triste, y casi desesperanzador, es el cuerpo del delito. Un estado de ensueño perpetuo donde toda voluntad es apostada. Prostituida sin más con el fin negacionista del bienestar irracional. El mal llamado bien común que se generaliza en lenguaje gutural de vómitos pronunciados.

Compadecerse, pues la maldad es una cadera hereditaria que es compleja al sajar.
Nacer de enfermedad para suceder el contagio desde la cuna, mecido engendro en oscura luna.
Quien predice no es más que un niño enfermo, lleno de carencias afectivas. Un niño que creció, y a pesar de ser mayor nunca sera un hombre. De esa forma vivió y de esa forma morirá, porque como en todo, hay un punto de no retorno.
El dolor es natural, resultando adecuadamente sano tratar; pero en el fondo, en la tranquilidad meditada, el conocimiento destaca su realidad, intelectualidad que da paso a lo moral, y es complicado juzgar en la totalidad a una persona enferma, enferma y terminar, que hizo de su vida lo peor a lo que pudo optar. Alma, respira, pero esta muerta en vida, en un estado autodestructivo de consciencia vegetativo, que lamentablemente se lleva a otros consigo, otros igualmente desprotegidos por la estupidez.
En vez de plata se tallo en madera su cuchara sucedida. En ese vació absoluto se nutre el parásito que sostiene el negro corazón, digno sucesor del mundo que lo concibió. Infierno terrenal para el control global.
Sentado en el trono. Un cadáver respira. Prácticamente desintegrada toda noción empática a la realidad. Allí, un éter practica humanidad, heraldo de un mal indescifrable. Del innombrable, señor de mil rostros. Aquel con el que el ignorante juega a crear la creencia, la existencia de la antítesis blanca que tiende a decolorar aquello que emana. Un bien que justifique el mal hacer de quienes icor detentan por sangre tener.

Ningún hechizo lo podrá salvar, pues de la muerte no volverá. No hay reversa plausible para la entropía; de cualquier forma tampoco la merecería.

viernes, 22 de diciembre de 2017

Objeto de interés


A la gente les gustan las cosas que le gustan a la gente que les gustan. Objetivo, de su objetivo.

miércoles, 20 de diciembre de 2017

Simples y burdos humanos - De ayer y hoy


Dios los crea y los imbéciles se juntan, y a pesar de que esa atracción fatal engulla paralelos en la desesperación que abunda, las diferencias se ajustan. El intelecto puede caer en la estupidez, pero el idiota jamás podrá nadar en verdad en aquel mundo exógeno a su ser.
Las almas inexistentes pero reales están condenadas, y desde el lugar correcto se pueden notar, como lo otro, que se parece y no es, camina, anda, e interactúa con las mismas mecánicas. El pensamiento analiza quien sera quien imita. Si la verdad de la mayoría es el fallo de la minoría, o si la minoría existe por el acopio de un sostén heráldico de varios millones de vidas.
Existencias que suman a la complicidad de mentes turbias, al engranado sistema que promulgan. Actuación exacta de la publicidad comprada, la realidad mimetizada en narcóticos de marca.

El incendio logra hipnotizar a las polillas que se acercan, confundidas por la luz de la luna, confundidas, porque su luz trae locuras, y esa temperatura que prende sus alas en llamas no parece causar impedimento alguno. La luz es luz, y el fanatismo animal, tan podrido y arraigado no se puede evitar. Así es como mueren ahogadas en fuego las criaturas más simples del universo, las burdas almas humanas que por consciencia se contentan de ser algo que no es, que es, tan absurdamente contrario a lo que creen.
Visualizando en sus pantallas las realidad que pagan, confundidos desde sus entrañas, cuando las bombas estallan, cuando los hijos sangran, la escoria que explota en ropa de marca.

lunes, 18 de diciembre de 2017

Sueños Febriles


El amor que nace del éter, es aquel que muere por ver, a ti, frente al sol que te ve, observando en igualdad lo celestial de tu ser. Como lo hace mi mente al resplandecer, por la gracia del ser. De la luz que ilumina en tu piel, tiñendo de día el anochecer.
Cuerpo que encuentra el tacto, cuando el candor del anhelo se hace contacto.
Donde, sin saber, nada entiende, y en el entendimiento las verdades de frente, que siempre han estado en las mentes, en recuerdos febriles, proyecciones difusas de realidad terciada, real, aunque imaginaria.
Sueños mitificados de la niñez, de latosos cantos, de dibujos animados, del amor elemental en pequeños abrazos. Surge de otra verdad, abriéndose en verano, en la playa o en el lago, en ríos de montaña en valles lejanos, en el ahora, o en el siempre nunca. Fallecido, muerto por tu espíritu, que en tu llegada fue hecho mío. Brotes de un futuro que a sido unido.