domingo, 27 de marzo de 2016

Espejos de alma


Un instante de amor verdadero suma al universo.
Las cataratas que se engendran desde las entrañas brotan la pureza más extraña. Vivir de la ciudad contamina las emociones y circunstancias, respirar del carbón y mantener un ritmo de vida atroz, lleno de mentira, alimentando al ángel de la hipocresía tal mascota vagabunda.

Un año sin nosotros, al hecho de permanecer junto al otro. Mentiras y el despecho transitado, conociendo almas que no merecen el cuento que yo cuento al mirarlo. Donde los amores pasajeros traen consigo el más podrido efecto.
Me enamore a primera vista de la mirada suprema. Pudo y puede conmigo, y todos mis instintos. Conscientemente voy cayendo en la inconsciencia más tranquilizadora. Me hace dormir, caigo tendido ante sus letargo silencioso, soñando con ella como si no fuera, como si la realidad se materializada en el regalo inmerecido de su abrazo junto al mio.

El enfermo soy yo, pero quien cae en el abismo infinito de los momentos no es mi cuerpo. El alma mitificada de mis actuales pensamientos, de la totalidad de mi consciente tiempo, dueña de mis sueños.

sábado, 26 de marzo de 2016

Temporal actual


Y en altercados infinitos, instintos nacidos. Donde el flujo estelar de las emociones humanos áurea la tormenta solar dorada. Espejismo nocturno, bóveda astral difuminada por el desperdicio electro-social. Ciudades contaminadas por la nocturnidad del noctámbulo, espécimen de la ansiedad por un estatus publicitado.
Llamas de neón rellenan mi corazón, un sable luminoso se retuerce por mis venas trasformando quien soy. Intensificado con falsa perspectiva de esperanzas. El trió rosado recepciona la noche única, inalterablemente una. El calor acrecentá el palpito ardor de burócratas ociosos. Chicas hermosas reciben al ocaso bajo el velo de alcohol. Estructuras que cimientan bajo mutua sumisión.
El cruce del amor físicamente aceptado. Por un lado el ofrecimiento de una mediocridad general que se deleita por su franqueza, y del otro nada aparentemente prometedor, que lleva en su fachada los estigmas globales de general aceptación.

Violación en complicidad despechando la integridad. Beso a regusto hediondo bajo pobre emoción. Se arquean las consecuencias de ser quien seas. Bromear con ser quien no quiere ser al terminar diciendo quien fortuitamente eres.

Una medida de lagrima para finalizar. Los movimientos naturales del vació existencial.



viernes, 25 de marzo de 2016

A pedazos conformado


Si consideraras la consideración que le has dado a mi inteligencia, entenderías que podría haber hecho contigo lo que quisiera, aquello que tu creíste que yo buscaba en mi interpretación de quien realmente soy.
Fue un evidente fracaso todo lo planteado, lo posteriormente actuado en una serie de quejas, comentarios por segundas y falta de intermitentes presencias.
La constancia en el anhelo, en un interés perpetuo, en amor junto a deseo, cosas bellas del afecto. Un querer prácticamente injustificado, pero reiteradamente aclarado, definido y explicado. La emperatriz correspondida no valoró, comprendió ni sello, busco el lado preferido del ego, aquel de los tenebrosos tesoros.
En tu mirada vi la verdad, enfrentándome a yo poder más.

En soledad tal cual, sin variante de lo cotidiano, con presencia en pensamientos bien centrados en la voluntad, aquella de amar una vez más. A pesar de los calculados fracasos y las flacas oportunidades de afrontar nuevamente, los síndromes evidentes de una nueva mujer.
Donde unos ojos abren para mirarme, otros nacen para observar. Los que observan son los míos; palabra en definitiva símil, adversa al concretar.

Cómo explicar los siete años de soledad interrumpidos por tu boca. Cómo calcular las horas sumido en la Africción. Cómo ser yo mismo sin pecar de mi mismo.
Sumirme en la aceptación de mi propia equivocación, meditar sobre la refección. Perdón personal, perdón, intentar recomenzar, intentar olvidar lo que dijimos.
Creo en ti por creer un poco más en mi. Es horrible cuando el pensamiento egoísta se hace un ser realmente sincero.

Lloras, para evocar el adiós a penas acumuladas. Llorar frente al reflejo, observar con una sonrisa como se esfuma el pasado e impone un mañana, el espejo vivo de una vida distinta, cierta vida.
Imaginar un instante atemorizante donde todo se aflige, se expande, pulmón. Exhala un aliento tenaz que se esconde acobardado ante los primeros rayos diurnos, camina entre las personas un cuerpo que se evade, sin llegar, sin destino jamas. Naufraga de carreteras eternas, en caminos conocidos, de momentos repetidos.

Sin aceptar la historia no se atiende la venidera. Sin verdad no habrá un mañana que valga llegar. Sin pesar no hay gloria que justifique proeza. Sin amar no hay vida que inhalar.  

jueves, 24 de marzo de 2016

Lugar de luces / Hogar de luz


Estigmática visualización de ciertos puntos de vista ambiguos. No se hasta que punto creo en lo que dejo de creer.
Desde que te vi, me pregunto de dónde mierda viene y a que lugar maravilloso me llevara. Es inaudito lo que llueve la soledad. Los efectos reversibles que tu mirada logra causar.

La misma canción que suena se interpreta de dos maneras. Emisores y receptores en situaciones emocionales muy distintas. La amistad indeterminada, no planificada, no surge de la palabra como tal un comportamiento concreto, van y vienen las emociones que se encuentran a un costado y al otro de nuestros propios momentos. Las palabras limitan a un vocabulario dogmático e hipócritamente dinámico. La estupidez humana es la regla principal, morir en soledad.


No es odio; no deja de serlo. No es lo que es sin dejar de serlo. Es quien soy y mi pasado tatuado en mi presente, hacia un futuro, un futuro en el que otros van surgiendo. Estar o dejar de estar, quedarme o marchar. Tu eres la protagonista de mi hoy actual, estas, y puede que se marches hacia ningún lugar, y sea yo quien parta lejos en lo físico.
Lo que pareces no entender, es que vendrás, me acompañaras, pues de mi corazón ya nunca te iras.

miércoles, 23 de marzo de 2016

El cajón de cristales y vieja correspondencia


Seres humanos que carecen del adjetivo, aquellos que rodean una vida que es la mía. Estar o dejar de estar, señal por señalar, carencias atroces de todos los sentidos imposibilitan el florecimiento de virtudes activas.
Las desilusiones continuas se acumulan, en un torrente de aguas negras innavegables. La sal que las componen en su totalidad son de lagrimas. La vida esta teñida de almas ennegrecidas.

Me acuesto en un lugar, sobre un colchón anterior, de un presente pasado. En el pienso en los momentos que no fueron trasferidos a la realidad. En las razones de esa incapacidad, en los deseos alejados y muertos. Me entristezco a mi mismo, me sumerjo en la pasividad, me quedo, duermo.
Voy más allá del mero pensamiento, vuelvo a llorar por el mismo motivo viejo, pienso, y dejo de pensar por un momento eterno. Voy observando como la luz del atardecer se esfuma lentamente por la ventana que la enmarca. Empiezo a tener miedo, miedo de tener otra vez mis miedos.

Podría haber dado tanto. El cajón de cristales y vieja correspondencia guarda mis piadosos secretos. Los que voy guardando como sorpresas planificadas para ciertos momentos. Nunca se dan, y los objetos que guardan son meros recuerdos. Lugares que hubiera compartido, se hicieron solo míos.

Odiar a quien se lo merece no se trasforma en la opción, la mente dio respuesta a valorar lo que no tiene mucho valor, comprender el significado de las acciones acobardadas y el horror. Amar sin compasiones, comprender de un lado a otro los aciertos junto a los errores. Lo que suma es el amor, el cariño por las personas capaces de sentirlo, indiferente de significados adversos, agresivos.

El ego mata todo, es un insecticida letal para las almas. Llega con su velo de maldad y cubre de tinieblas lo logrado, conquista sin dilaciones. Reinando hasta en los rincones de bondad.

Quema, quema individual y en área. El cariño ajeno ofrendado, el cariño propio a dar. Se hace polvo una esperanza en llamas que no fue alimentada. Cenizas muertas por el viento, congeladas en infiernos.  

martes, 22 de marzo de 2016

Lagrimas de verano



Son los sonidos oscuros dentro de un gran cuarto al que la luz no puede llegar. La soledad repite los errores de su sino; carácter de un signo.
Una burbuja diferente a las demás, llena de sustancias increíbles, demasiado entera como para que pudiera caber en las demás. Más endebles, feas, simples, vacías, comunes.
Carácter particular, una belleza propia, invaluable, extraña. Mirarla y observar lo que no fue tazado, bien tratado. Un misterio de ser, no fingir, desprenderse del ayer.
Intimidar dentro de la intimida, fluctuar dentro de la verdad, mirar a la mirada. Todo y nada, miedo, esperanza.

Miro dos ojos que me destrozan, me abren sin tocarme, me atraviesan, me desintegran, me liberan. Muero y vuelvo al mismo lugar en un solo despertar, ella puede con ello, más y eso. Me ayuda sin comprender su propia propiedad mágica. Estaré para acompañarla y amarla, ser un mentor, protector. Excusarme de mi salvación entre sus brazos.

El pasado duro que se recuerda, él remarca una y otra vez un contorno deformado por las ansias. La vista fijada en uno mismo saña, las inseguridades de fallar a quien falla. Hija predispuesta, la mayor, la central, la única. El peso de soportar los títulos indispuestos de ser marcada.
Llorar en la oscuridad, perder los besos de sal, olvidar sin poder desprenderse de aquella realidad tan crudamente tatuada; continuamente por quienes juzgan al pasar. La correspondencia no correspondida, el ultimo eslabón impar, sobrante, perdido en si misma.

Pienso en su recuerdo mientras la miro. Igual a mi, un par, una esperanza, una salida, nuevas miradas furtivas. Amo la forma que tiene de pensar evitando mi cara, regresar para confirmar mi verdad dentro de sus dudas de mentiras. No cree, duda, es real. Anhela con temor lo soñado, lo que va obteniendo sin haberlo deseado.

~

Muero de la vergüenza por amar lo encontrado. Temo el dolor, temo dañar, temo ser inquisidor de innecesarias discordias. Enamorarse de dos estrellas en la misma reina. Prometer un amor profundo no pactado, dar todo sin recibir, dar a ciegas toda una vida previamente prometida a mi princesa.

Soledad, cansado de las profundidades insoportables de la paz. Nada, esperar, nada, hablar, nada; por algo que se podría dar. Incordiar a un amor que se lanza sin pensar tras miles de horas planificadas. Disparar al espejo que cuelga de la pared buscando asesinar al ayer. El reflejo de la perfecta mujer, el reflejo de lo que poco a poco muere, se va.
Cansado de una serie de genéticas que nunca cambian en lo esencial, cansado, pero con la esperanza perpetua de encontrarme con ella. Otro nombre propio, otra realidad, pero al fin un atisbo de felicidad real.
Totalmente mojado la veo enfermar sin que ella me perciba al entrar, al acercarme. Ignorando por completo lo mucho que la estoy sintiendo, ignorando lo que siento sin sentirlo en un momento tan nuestro. El primer vistazo, la saludo sin observar, me siento, pero no puedo escapar, su cara se encuentra de frente, y esa cara me esta mirando, y los ojos no parpadean, me observan, no hay vuelta atrás, ha ganado.

He muerto, pero quizás estoy dormido, muero, pero a la vez vivo. No duermo, ni muero, vivo, pero es más que simple existir. Estoy en entrega, plenamente por ella, a pesar de la mesa, a pesar de la gente que nos rodea, estoy allí, realmente allí, nos miramos, no paro de sonreír, aunque una dulce seriedad me reprime.

Creo en un instante algo trascendental, algo que tuve una vez, sin apenas recordar si fue o no real. Rocío, ella es capaz de hacerme sentir más vivo, la deseo, y la quiero, seré su amigo, ofrendo mi cariño. Su felicidad ayuda a la mía a creer. Me haces bien.

lunes, 21 de marzo de 2016

El misterio de error


Somos diferentes, es una apreciación clara para mi y no dudo que tu hayas encontrado ya esa evidencia mutua. Pero hay algo en tus ojos que me llama, he podido creer en tus palabras, en un dolor un poco avergonzado pero directo, casi como poniendo a prueba aquellas cosas que pensabas que yo te estaba dando, descubrir si era de verdad, o un mentiroso más.
Tus fotos me buscaron antes de que mis palabras se pronunciaran, hallé la manera de encontrarte y te encontré. Tenia miedo de fallar pero no podía dejar de internar, a vos no te iba a dejar pasar. No tiene grandes explicaciones, fuiste algo superior a mi entendimiento, un espíritu, un misterio.

Verte a vos fue como si hubiera podido al fin, después de tantos año de desear ver a una persona, cumplir un deseo pactado. No fue lo esperado, pero fue lo mejor que nos hubiera pasado, prefiero verte mal, que verte tras un velo de felicidad. Todos tenemos esas dos caras, verla al comienzo me ayudo, porque tus sonrisas puedo verlas en todas las fotografías. Las lagrimas son tabú de decadentes culturas.
Charlar, contarnos nuestras cosas, no se si fui yo, o eres así con todos. Es lindo sentirse especial, y yo quería sentirme de esa manera contigo. Me haces notar, me dices directamente que soy diferente a los demás. Puede que otras personas tomen esa característica como algo especial, pero yo se realmente que soy muy diferente y eso nunca me ha traído una duradera felicidad, todo lo contrario en realidad.
Desde el comienzo de la primera noche en que te conocí, me acosté y te pensé, hasta hoy, que no ha pasado tanto, pero aun así te imagino mucho. Son micro fantasías que siento cumplir contigo. Nos hemos besado, hemos disfrutado. Hubo amor en mis labios.
Es bello poder soñar con lo que uno desea, con la persona que uno siente que puede darle algo similar. Tener los mismos sueños con otras personas es una tontería inimaginable. Un milagro.
No te conozco tanto, pero lo que conozco me hace pensar en la posibilidad.

Sabes poco de mi, fui, vine, volví, estuve, partí. Anécdotas, sin fecha ni lugar. Es complicado, son años. No faltan las ganas en mi, lo que falta es el tiempo de sentarnos a contarnos nuestras vidas pasadas. Lo que hoy nos pasa y lo que deseamos que vaya a pasar. Estas dolida, pero no es algo que no se pueda superar. Pase por lo mismo durante mucho tiempo, y cuando estuvimos cara a cara parecíamos dos personas totalmente diferentes. No me había visto a mi mismo, pero al verte me puse a pensar si yo me miraba de la misma manera. Empaticé, y en un momento te ame.
Quise darte mi amistad, y mi cariño, un amor que puedes llamar como a ti te parezca mejor. Yo para vos, estando de la manera que mejor te parezca, sin esclavitud, con mutuo deseo.

Me siento solo de verdad, no quiero fingir ante ti, porque nunca lo hice ante nadie, por más opaco o brillante que fuera. Todos comienzan igual para mi, aunque tus ojos te dieron ventaja. Algo tienes, y no hay que darle muchas más vueltas ya, eres mágica.
Cuando te volteas a mirarme, cando la luz del sol te baña la cara, solo un momento que dura infinito. No controlo lo que siento, lo que provocas, tengo que sonreír, mostrarte lo feliz que me siento junto a ti. Me preguntas, y no crees en mi respuesta. La verdad te ofende, pero siento que te enciende.

Estoy en una etapa de cambios muy importantes. Donde tomar mis propias decisiones es algo mucho más consciente para mi. Estoy cansado, pero ese mismo cansancio es el que me ha sacado a flote. He dado todo por amor, y ese amor no me ha dado mucho a cambio, nada tan duradero como esperaba, esa vida compartida que anhelaba. Tome lo aprendido y me fui, con la esperanza de no volver a cometer los mismos errores, de pensar un poco más en mi mismo y conseguir lo que quiero para mi vida, dando la totalidad de mi amor a quienes lo sientan en su interior.
Tengo proyectos con mi padre, tengo proyectos personales, tengo ideas y quiero ponerlas a prueba. Siempre me he negado a participar de los mercados, del sistema general que esclaviza a retribuciones. Se que no se puede escapar completamente, pero creo en la verdad de vivir de la manera correcta, de ser uno mismo quien decida por su propia vida, y lo fundamental, compartir la felicidad.
Eres una persona hermosa, a mi me lo pareces y es lo único que hora me importa. Te quiero, y soy feliz con ello. Merecemos mucho más. Quizás yo te lo pueda dar, quizás tu me lo puedas otorgar.

Lo que siento vive en mi, lo que vivo va durmiendo y despertando cuando lo requiero. No te olvido ni un sólo momento, porque dependo de aquel hermoso pensamiento que hiciste recuerdo. Uno nuestro. Sólo nuestro.