viernes, 25 de marzo de 2016

A pedazos conformado


Si consideraras la consideración que le has dado a mi inteligencia, entenderías que podría haber hecho contigo lo que quisiera, aquello que tu creíste que yo buscaba en mi interpretación de quien realmente soy.
Fue un evidente fracaso todo lo planteado, lo posteriormente actuado en una serie de quejas, comentarios por segundas y falta de intermitentes presencias.
La constancia en el anhelo, en un interés perpetuo, en amor junto a deseo, cosas bellas del afecto. Un querer prácticamente injustificado, pero reiteradamente aclarado, definido y explicado. La emperatriz correspondida no valoró, comprendió ni sello, busco el lado preferido del ego, aquel de los tenebrosos tesoros.
En tu mirada vi la verdad, enfrentándome a yo poder más.

En soledad tal cual, sin variante de lo cotidiano, con presencia en pensamientos bien centrados en la voluntad, aquella de amar una vez más. A pesar de los calculados fracasos y las flacas oportunidades de afrontar nuevamente, los síndromes evidentes de una nueva mujer.
Donde unos ojos abren para mirarme, otros nacen para observar. Los que observan son los míos; palabra en definitiva símil, adversa al concretar.

Cómo explicar los siete años de soledad interrumpidos por tu boca. Cómo calcular las horas sumido en la Africción. Cómo ser yo mismo sin pecar de mi mismo.
Sumirme en la aceptación de mi propia equivocación, meditar sobre la refección. Perdón personal, perdón, intentar recomenzar, intentar olvidar lo que dijimos.
Creo en ti por creer un poco más en mi. Es horrible cuando el pensamiento egoísta se hace un ser realmente sincero.

Lloras, para evocar el adiós a penas acumuladas. Llorar frente al reflejo, observar con una sonrisa como se esfuma el pasado e impone un mañana, el espejo vivo de una vida distinta, cierta vida.
Imaginar un instante atemorizante donde todo se aflige, se expande, pulmón. Exhala un aliento tenaz que se esconde acobardado ante los primeros rayos diurnos, camina entre las personas un cuerpo que se evade, sin llegar, sin destino jamas. Naufraga de carreteras eternas, en caminos conocidos, de momentos repetidos.

Sin aceptar la historia no se atiende la venidera. Sin verdad no habrá un mañana que valga llegar. Sin pesar no hay gloria que justifique proeza. Sin amar no hay vida que inhalar.