sábado, 26 de marzo de 2016

Temporal actual


Y en altercados infinitos, instintos nacidos. Donde el flujo estelar de las emociones humanos áurea la tormenta solar dorada. Espejismo nocturno, bóveda astral difuminada por el desperdicio electro-social. Ciudades contaminadas por la nocturnidad del noctámbulo, espécimen de la ansiedad por un estatus publicitado.
Llamas de neón rellenan mi corazón, un sable luminoso se retuerce por mis venas trasformando quien soy. Intensificado con falsa perspectiva de esperanzas. El trió rosado recepciona la noche única, inalterablemente una. El calor acrecentá el palpito ardor de burócratas ociosos. Chicas hermosas reciben al ocaso bajo el velo de alcohol. Estructuras que cimientan bajo mutua sumisión.
El cruce del amor físicamente aceptado. Por un lado el ofrecimiento de una mediocridad general que se deleita por su franqueza, y del otro nada aparentemente prometedor, que lleva en su fachada los estigmas globales de general aceptación.

Violación en complicidad despechando la integridad. Beso a regusto hediondo bajo pobre emoción. Se arquean las consecuencias de ser quien seas. Bromear con ser quien no quiere ser al terminar diciendo quien fortuitamente eres.

Una medida de lagrima para finalizar. Los movimientos naturales del vació existencial.