sábado, 23 de agosto de 2014

Desde Enero


En la pantalla un minuto, dos, tres, cuatro... once, veinticuatro, cuarenta... Abrumado en encontrar las palabras que puedan expresar la felicidad que siento al verte gestualizar, hablar, hablarme y mirarme a través del aire hacia la nada donde me encuentro. Me ves y eres observada, con detenimiento, con atención, con fascinación, con un amor tan puro y sincero que no esconde sus sentimientos. En mi vida existes tú, y luego están el resto de cosas. Ante todo eres tu la primera. Te amo, estoy absolutamente enamorado, de ti, de vos, de usted pequeña diosa de mi mundo. Haz modificado todo mi universo, donde solo existen cosas que hacer, que hacer con vos, cosas que conseguir por vos, combates que pelear por vos, trabajos que ejercer por vos, fuerza y valor para brindártelos a vos. Eres todo y cada día seras más, porque cada día nos acercamos un poquito más.

lunes, 18 de agosto de 2014

Noche de aroma floral


Es como si fuera una penumbra levantar encuentro una fragancia y una mirada de ternura que se fosiliza en mi recuerdo al pensar que ya no esta. Entonces el soñar que antes fue, ve, vuelve a ver, se para a ver algo que ya volví a ver y ver y la sonrisa siempre esta y nunca me expía de ningún lugar o mal momento, vive como viven aquellos finos recuerdos que se plasman en dos planos de la dimensión, cuatros lados que atrapan, reafirman lo que mis ojos vuelven ven.

Las miradas de mil familiares no compensan aquella tan inocente y pura, desconocida o entablada en duelo con recuerdos de niñez. Un recuerdo de mi tan complicado de encontrar como de ella en el mismo lugar en el que yo me encontraba cuando el recuerdo tan delicado se produjo.
Es el texto que se escribe, el relato incomprensible al ser leído por su protagonista, pero existe un motivo, y más razones que tontos prejuicios.

Es entonces cuando algo se enlaza, las neuronas trabajan de una forma adecuada, misteriosa, incomprensibles para ellas mismas, con resultados que llegan. Aparecen como una sola imagen, otra, buscando cada diente y cada labio en otro lugar, en todas las personas que alguna vez me sonrieron en mi vida que afortunadamente no son muchas. Busco, encuentro, pronto recuerdo porque lo que creo no es tan incierto, una seguridad cercana al cielo, vuelo, y ahora el que regala la gracia soy yo.

Sonrió al encontrar recuerdos que no recuerdo en sonrisas que encuentro. Pensativa en lo profunda con estela y simpatía, un pensamiento, algo perdido, de lejos o de cerca. Sinfonía, ojos, y ahora es la sonrisa de un nuevo despertar, de un nuevo día, una fresca brisa, floral, distinta, sentida y nunca sentida, como intentando comparar algo inusual. Algo que se perdió y que he encontrado, algo que me cultivo, que me hizo ser quien soy, algo que agradezco ahora a esa bella sonrisa que no sonríe hacia mi, pero alegra tras días.

domingo, 17 de agosto de 2014

sábado, 16 de agosto de 2014

Guía para extrañar correctamente


¿Tienes malos sueños por una persona que amas y esta lejos, se ha marchado o ya no se encuentra lamentablemente en éste plano astral? Existe un método dulce y fácil para soñar con un paraíso.

Necesitamos una fotografía de la persona a venerar, podemos tenerla en un marco, en un porta retrato, pero siempre mirando hacia nuestra cama, en una mesa de luz que podamos observar al acostarnos. Lo siguiente es pensar en una flor, en un aroma que identifique a aquella persona. Buscando en la infancia, en los recuerdos vividos con ella o con el. El recuerdo aromático tiene que ser potente, que remueva partes del inconsciente y traiga esa fuerza que buscamos en el. Un mineral tampoco viene mal para atraer fuerzas positivas que los una en la espiritualidad. Aunque es opcional, lo recomiendo porque hace que todo sea más especial.

Al acostarte puedes besar o lanzar un beso a la imagen, acercarte al aroma, oler, mirar la piedra y acomodarte. Apagar las luz mientras los ojos se conectan, decir unas palabras por dentro o por fuera acentuaran el poder del hechizo.
Aunque te gires el aroma te acompaña y mantendrá vivo el pensamiento de la persona venerara para tener buenos sueños. La sentirás allí contigo porque el perfume no requiere de luz. En cada respirar la respiraras, a aquella persona amada con la que quieres soñar.

En mi caso es una fotografía de ella, mirándome con esos ojos que yo solo puedo provocar, casi lagrimales, cristalinos, llenos de luz. Su imagen esta en un marco de cristal que me observa desde la mesa de al lado de la cama. El aroma es de una trepadora de jazmín, un ramo, su flor delicada y bella, como ella. El cristal es un mineral que va del ámbar al violeta, que se complementa.

Pero si eres capas de hacer esto por alguien, eres capaz de todo, y eso te llevara a soñar a diario. A tener los mejores sueños y las mejores emociones. Dormir con una sonrisa que se imprima en la cara para todo el siguiente día. Volver a hacer el ritual, mirar, oler, sentir, disfrutar. Vivir y amar.

viernes, 8 de agosto de 2014

Como una explocion de flores


Una renovación al despertar, una mirada y algo más. Tristeza que se hace luz, pero no existe luz sin oscuridad, entonces el engranaje vuelve a girar. El resplendor calienta el universo donde pudimos incubar una noche. De esa noche lejana en el recuerdo todo surgió. La explosión que crea se dio.
Ahora suena en mi mente y en mi cuarto una canción solitaria que me lleva a la nada. Me hace sonreír levantarme y caminar, correr para escapar. De lo que más he amado. De lo que indudablemente siempre amare.
Las preguntas sin signos se disparan, y no tienen respuesta que hoy pueda encontrar. Simplemente ya esta.

miércoles, 6 de agosto de 2014

Flash


La fotografía me disparo una foto a mi. Me cegó, y un sueño perfectamente real se sacudió, con mezcla de incertidumbre y placer.

La cara colorada y ebria era un reflejo de la mía. Tumbado en la cama, como despertando para entrar en un sueño, te vi abierta de piernas encima de mi, con el pelo largo cubriéndote como un capa animal. Mis pantalones aun puestos, el pene preparado asomando por la bragueta y tú, sin nada de cintura para abajo entrando en mi.

Entraba luz por la ventana que da al salón, que iluminaba el cuarto oscuro. Se escuchaba música y voces irreconocibles. Fuegos artificiales y risas acallaban nuestras voces, las palabras sexuales y los gemidos incontrolables que nos proporcionaba el alcohol de esa noche no eran acallados. Lo que nos daba poco control mental de nuestro propio acto. Si estaban escuchando fuera lo que pasaba dentro, no nos importaba. Las carcajadas no paraban, y nosotros no paramos.

A pesar de todo, nos cambiamos, salimos juntos de la mano, seguimos tomando, lo volvimos a hacer en el baño. Llevabas una copa que te prepara en la mano, con un sorbete para tomar. Lo tenias en una mano, y con la otra te apoyabas en la pared, con los pantalones bajados hasta la linea que corta las nalgas, al penetrarte estaba bien apretado, y me gusto. El vaso, el sorbete entre tus labios, un espejo frente a nosotros que reflejaba nuestras caras y lo importante, con el que nos mirábamos a los ojos. Mordías, lamias, ibas tomando. A pesar de todo era una imagen clara, confusa, pero no difusa.

Pocas veces la imagen me trajo tanto amor, ¿Amor propio, deseo personal, o una señal clara de tu alma?. Es un sueño, pero no puedo creerlo, quiero creerlo. Fue un segundo, como un recuerdo. ¿Recordé algo que vivimos o solo fueron juegos de mi mente?. Mientras escribo asumo la posibilidad de la reencarnación, si eramos amantes y volvimos a encontrarnos en esta época. Si una fuerza que no entendemos hizo que tu mano rascara tu nuca, cerradas los ojos y sacaras a lengua, ese momento plasmado en una fotografía que luego subiste a un lugar que yo visitaba, y esa fuera la señal de dos avatares que se saludaban.

Ahora me pregunto quien serias, quien seria yo antes de enamorarme de vos. Porque si eramos dos antes, eramos dos enamorados. Puede que el rencuentro forme parte del recuerdo, buscándonos entre las hebras del tiempo. Encontrándonos al fin.

Puede quizás, casualidad, o estar herrado.

sábado, 2 de agosto de 2014

Con


Sin el camino a la felicidad no merecería la pena vivir.
Sin el recuerdo del dolor no aprenderíamos a seguir...