viernes, 19 de septiembre de 2014

Tu lugar / Mi lugar


Busque entre las ángelitas una sonrisa que no conocía y ninguna me convencía. No fue lo que soñé y baje. Al regresar a casa encontré el hogar que fielmente resguardaste, el lugar de rey en ti, tú promesa de princesa en mi.

jueves, 18 de septiembre de 2014

La imagen perfumada / El sueño del aroma


Imagino como te escabulles en mi pensamiento y observas lo que yo veo, descubres que en mis ojos solo esta tu rostro, como si te miraras a un espejo, eso significa que yo desde tan lejos te estoy viendo, observando tu rostro bello.
El marco que ya conoces lleva la imagen de lo que provoque aquella tarde en tus ojos, cuando la lenta tomo la imagen más pura del amor. El porta retrato esta rodeado de flores blancas con un perfume que tu empatía logra oler, frescas, vivas y cargadas de la esencia que te caracteriza.

Flores frescas en ofrenda a tu belleza, la flor de jazmín que mejor te representa. La representación de la fragancia, tu flor, tu aroma. Cuando llegue el día llenare el jardín con la representación floral de tu ser. Creare ramos de flores que decoraran la estancia y la misma imagen que ahora en mi mesa de luz decoras. Que utilizo para dormir, perfumado por tu imagen y tu aroma. Enamorado por siempre de ti.

Me he enamorado de la fotografía del marco de la mesa de luz de mi cuarto.

martes, 16 de septiembre de 2014

Mi voz


Es raro y cercano a lo ridículo como logro encontrar por instinto o por azar exactamente lo que siente mi alma. Un exacto reflejo de nuestro ayer, que ahora es un presente claro. Una lírica de nuestra realidad actual. Pero con esa diferencia que se canta, porque seria exactamente lo que yo querría oír. Pero tú no me harás el favor, no me darás lo que quiero y necesito. Del amor al odio hay un solo paso y estas apunto de traspasarlo.

Me amas y te vas, es un sin sentido que solo tu puedes aceptar. Aun así te amo y no puedo dejar de pensar que maniobra usar, que hará si ya no estas. Eres una niña, pero plenamente consiente del poder que manejas, de como puedes manejarme. Ahora todo queda en una sola pregunta, la que me hago constantemente durante todo el día. Esa pregunta la conoces, y solo si la respondes bien seras feliz. Haz hecho de algo serio un mero juego. Y apenas he escuchado un llanto por las noches mientras me abrazas en la cama.  

domingo, 14 de septiembre de 2014

La magia no sobra


Me hace recordar que cierta cantidad de magia nunca viene mal. Que los sueños son mejor si existe la fantasía de cumplirlos. Que vale la pena recorrer más allá de una galaxia para llegar. El amor esta en aquel lugar donde nosotros nos encontremos, no hay que buscar más, solo sintiendo el latir del pecho vamos a lograr hallar aquello que por tanto tiempo hemos buscado. Quizás eso viva fuera de nosotros, que respire y tenga un latir. Puede que ese latir no lata por nosotros como nosotros por el, pero justamente de eso se alimenta el amor, de ser contrario a la negativa de los sentimientos de otros. Si uno no comenzara a amar incondicional, puede que nadie se animara a ir más allá.  

jueves, 11 de septiembre de 2014

Intimidad


Ayer hicimos el amor y fue muy lindo, todo entre nosotros es divinos. Pero quiero hablarte de algo distinto, incluso más lindo, una visión de futuro.*

-¿Qué hora es?. El agua de lluvia de la ducha se corta, se escucha los ganchos de la cortina que sonorizan la salida. Una luz nocturna, una puerta abierta deja ver una puerta entre abierta, un pasillo por el cual puedo ver unas piernas que se apoya en el taza para secarse, una toalla que acaricia las nalgas, una espalda, un cabello mojado. Entre un extraño perturbar, entre la percepción más felina giras en una sonrisa, los ojos se miran, el cruce de un cuarto a otro entre un par de puertas y dos pares de miradas. Una mano tapa la intimidad, y el cabello tapa la glándula del alimento, la puerta se cierra en lo que no es pero parece una carcajada.

Despierto lentamente de mi ilusión por el sonido constante del secador. Enciendo el tenue velador, el que lleva encima una seda distinta cada día, cada noche. Hoy la tela es morada, hoy es esa luz la que pinta las paredes blancas. Y me siento en la cama, me siento en el respaldo con las manos caídas, con los pies extendidos en una cómoda posición, como un gato manso manipulado para la diversión. Aun muy dormido, con la mente en esos previos segundos en los que vi a mi mujer, como siempre la veo y nunca puedo dejar de creer.

Una luz resplandece y un ángel aparece. El ángel cierra tras de si la puerta y se oscurece sin dejar de brillar. La puerta del cuarto se cierra, se acerca. Lleva encima una blusa y unas bragas a juego del mismo color. Las recuerdo, porque las quite tantas veces, porque se lo regale yo.
Va con una, va con otra, se arrodilla encima de mi, encajándonos perfectamente. Lleva hacia mi cara sus dos pechos, me abrazan, me abrazas. Siento el calor, esa humedad de después que te deja el ardor, el olor. El jabón que prefiero, el jabón con el que siempre le lavo tras hacer el amor.
Te separas, y tomas con tus dos manos mi cara. Apuntas, me besas, abres mi boca con tu lengua y te escondes en ella. Bailas con el sabor al dentífrico fresco enjuagando mi boca con tus besos. Siento como las piernas aprietan mis costados, y ese movimiento excitado que roza tela con tela. Llevando con tu acción a donde quieres llegar. Y ahora mis brazos dormidos se levantan, y con fuerte delicadeza atrapan tus nalgas, y siguen el movimiento y te ayudan a seguir, en aceptación, lo que haces es correcto. Siento como me comienzo a mojar, y me despego del movimiento para dejarte sola continuar, llevo mi brazo derecho a tu espalda, el izquierdo va hacia tu privacidad, y desde el exterior despega de tu vagina el tanga, lo acurruca a un lado para acariciar. No te despegas de mi boca, es una lapa que no se separa, nos succionamos, tragamos las salivas mezcladas, respiramos lo que el otro exhala. Ahora mis manos también están besando tus labios que se humedecen y sueltan miel. Los demás dedos se pelean por conseguir absorber el alimento que suelta tu ser y dos de ellos ganan, y se sumergen, entran en ti, y es cuando están dentro que te separas, que te despegas de mi boca en un hilo y conectas frente con frente. La boca carnosa deja caer la saliva, que golpea en mi desnudo pecho, y los otros labios van mojando a su vez mi mano.
Me das un rápido beso, me abrazas depositando tu cabeza en mi hombro, y con tus manos que antes estaban entre mi cabello y mi cara toman esa mano mojada. Con mucha fuerza la toma por la muñeca, la sujeta, sin mover un dedo obedezco. Y lentamente, lentamente comienzas a bajar, a hacerme entrar. Subes, y bajas intentando calcular, intentando coordinarnos. Y cuando estas bien lubricada, lo haces cada vez más rápido, rápido. Mueves la cintura con firmeza, con un movimiento perpetuo y controlado, seductor, enamorado.
La boca sigue brotando saliva, porque sigue abierta y viva. Comienzas a gemir, a gozar, y yo comienzo a excitarme más. Logra llegar, una vez, y otra, y me muerdes el hombro, y eso me vuelve loco. Gritas, gritas, metiéndote los dedos hasta el fondo. Caes rendida, y desde dentro los muevo buscando el punto, y lo estimulo, lo controlo para hacerte correr. Cuando eyaculas no lo puedes creer. El orgasmo es incomparable, los temblores incontrolables. Llenando de lubricante natural mi pantalón.

Estas sudada, traspirada, pero te levantas. Te quitas el tanga. Con un movimiento simple te desprendes de la blusa. Te acaricias un pecho, te acaricias el otro y me preguntas si los quiero chupar. Yo no te respondo, pero te acercas y vuelves a arrodillarte en mi. Me amamantes mientras me miras desde arriba chupar y lamer esa belleza enormidad que tienes colgando en tu cuerpo. Me das con uno, me das con otro mientras abrazas mi cabeza y la acaricias. Atrapado entre aquellos dos bustos hermosos. Me frenas robándome un beso. Me palpas la entrepierna, y descubres que ya esta llena, que ya puedes hacerte penetrar. Vas hacia el borde de la cama llevando contigo mis calzoncillos y mis pantalones. Los dejas desparramados en el suelo y te sientas en el borde de la cama, cruzando tus piernas, mirándome con ojos indiscretos. Sigo desparramado, muy contento. Te escupes la mano y la untas desde el glande, pasando por el tronco y apretando mis huevos, con fuerza mientras los estiras y pones una de tus caras rasas que me saca una carcajada. Comienzas a masturbarme mientras no dejamos de mirarnos, lo miras, lo acaricias. Me vuelves a mirar y desprendes tus piernas para poder darme más fácil otro beso. Me metes los dedos en la boca con la otra mano, cierro los ojos y comienzo a chuparlos. Son dos, los mismos con los que te masturbaste con mi mano, mismos nombres, otras manos. Cuando los sacas de mi, los llevas a tu vulva y empiezas nuevamente tu solita. Solo estimulando el exterior, y mientras comienza tu gozo aprietas con más fuerza el mio. Y la rapidez es igual, erógenamente especial.

Cuando te paras me extraña. Paras. Vas otra vez hacia el final de la cama, me miras, y miras como mi excitación sobresale de mi cuerpo. Me tomas las piernas, y tiras hacia ti con una fuerza fantástica, la que todo el tiempo de entrenamiento juntos logro. Con ese cuerpo que desmalla.
Acostado en la cama, giras, te das vuelta y te arrodillas en mi cara, me ahogas con tu vagina que comienzo inevitablemente a chupar, absorber, comer, disfrutar. Bajas con cuidado para no atragantarte de pronto con mi pene, y comienzas a probar. Primero lo lames, de arriba a abajo, chupas el honguito apoyando tus labios en el, lamiendo despacito con la punta de la lengua. Te lo metes en la boca, sujetándolo con una mano, lo comes como si fuera un helado. A veces frenas para gemir, porque mis labios están tranzando con tus labios. Y mi lengua lucha para introducirte en ti.

Al terminar el mutuo oral te resbalas de mi boca, vas como un caracol dejando tras de ti la marca del camino. Abres el cajón de la mesita y sacas un condón. Mueves la cabeza, para que quede detrás de la espalda tu pelo. Me miras con la boca llena de saliva que con la manga de tu piel limpias. Abres la bolsa con la boca y escupes el envoltorio, me lo coloras, veo bajo tus nalgas el tronco de color amarillo. Meneas tu cola, tus nalgas rosan con el bulto hinchado que ya esta bien formado, en un latir de calor y amor. Te colocas. Bajas suavemente hasta el fondo, llenándote completa. Y siento sin verlo como tu boca se abre con el retorcer de tu cuerpo. Haces movimientos circulares con la cintura, y mi pene se mueve a tu compás, con ritmo dentro de tu cuerpo. Ahora soy yo el que comienza a gemir, a gozar con tu sexualidad, y al tomarte de la cintura tu posas en mis manos tus manos, y las acaricias, y me ayudas a ayudarte a seguir ese ritmo tan sensual.
Caes hacia atrás, y fuertemente te levanto, te acomodo con mis piernas y mis brazos. Sentándome, sentándote. Ahora estoy en posesión del ritmo, ahora esta en mi control la intensidad de la penetración. Y se comienza a sentir en el cuarto ese aire de cansancio pesado, de sexo apasionado, el olor del amor físico que los amantes logran al conectar.
Estamos sentados, yo un poco encorvado para no desconectar. Mi altura a veces los obliga a buscar el encaje de los miembros. La lubricación me permite empezar fuerte para hacerte enloquecer. Te doy mucho muy rápido, y eso te curva, y los pechos botan apuntando hacia los cielos donde ahora te encuentras. Te gusta, te gusta tanto que me pides que no pare, que te reviente, que te de todo lo que tengo dentro. Y me amas, y me lo dices, y gritas que te posea, que luche por vos. Cada vez, mientras más cosas dices más me esfuerzo por golpear nuestros cuerpos y me quedo mudo porque no puedo aguantar más y te das cuenta al momento cuando es mi momento. Te despegas de mi dejándome paralizado en el momento punto. Te giras, me miras. Me atas el pene con los dedos de una mano fuertemente para cortar mi llegada, sacas el preservativo. Metes de nuevo mi pene en ti y me abrazas con ambos brazos. Estamos los dos sentados en la cama, abrazados, y me dices al oído -Inseminame, mi amor, hazlo. Lo repites, repites esa sola palabras, y te mueves y quieres que te llegue dentro, y la repites y no paras, y yo voy fuerte, voy con todo. Exploto en tu interior, como nunca, con un fuego que quema, sientes como estalla en mi lo prohibido. Llegando junto al orgasmo me clavas las uñas, y el aliento no para. Temblamos, mis momentos son tan fuertes como los tuyos y nos quedamos electrificados por mil segundo.

El néctar empieza a caer desde tu interior. Lo sientes, y con un dedo tomas un poco de mi pene aun erecto. Sonríes y lo lames. Me presuntas si quiero, y yo contesto que solo si es de tu boca. Me besas. El semen, el flujo, la saliva, el amor se mezclan en nuestras bocas. Nos besamos en un trance sexual que nos llena de vida y felicidad.


domingo, 7 de septiembre de 2014

Luz de estrella


Alimento el sol de tu corazón con poesía y amor.
Ese sol lunar tan hermoso.
La luna de tu alma brillara radiante por el reflejo de la luz de mi espíritu.
Puede que tu sol se haya extinto, pero la luna eterna seguirá, y cuando estemos cerca brillara como estrella.


sábado, 6 de septiembre de 2014

Nada más sincero que la verdad


Sos inteligente y puedes comparar, nuestro mundo y el de verdad. El de la verdad malvada y estúpida, el de la realidad de un amor puro y amoroso que te ama sin parar. No tengo de que arrepentirme, no tengo porque llorar, si lloro las lagrimas saldrán tras la sonrisa de amistad, tras la carcajada honesta de una broma que solo nosotros podemos interpretar. Yo no me arrepiento de todo lo nuestro, y quiero creer, y diciéndolo con total sinceridad, que vos tampoco jamas lo lamentaras. Te amo, de verdad 

jueves, 4 de septiembre de 2014

Luz de Luna guía mi camino


Sol radiante en paso subterráneo. Un abrazos, pesos necesarios. Un camino similar en diferencias contundentes. Un picante de otro lugar tiñe el hambre. Extraño el momento y el lugar, cuando mi mente te materializo en en ese mismo lugar que mis pies tocaron sin pensar. Pensando tristemente en tu ausencia, pensando alegremente en lo que seria y es (claramente en mi mente) un paseo contigo de la mano. Ese que es imaginado y sera materializado. Ese orden, ese lugar, ese momento de la vida en la que todo se une en uno. Bajare, allí estarás, llorando quizás, imitando como un espejo mi mirar.
Me pregunto donde estarás, pienso en lo raro que es extrañar un alma tan lejana, a la que no estoy acostumbrado a perder por mas de diez horas. Pienso en el delicado hilo del amor, pienso en el delicado sentimiento como hilo tenso de araña, tan resistente, tan frágil ante gigantes.

La luz de Luna brilla fuertemente. La luz de Luna ilumina mis caminos, La luz de Luna sabe donde estoy, de ella no puedo esconderme. La luz de Luna me hipnotiza, me enamora de una forma, me une a ella en un lazo de seda. La luz de Luna, tu luz, tu aura y tu ser. Tú, mi ama. Dulcemente,siempre por ti.

martes, 2 de septiembre de 2014

Besos


Respiro un fuego inconfundible,
capaz de alterar todos mis sentidos,
el fuego del aliento se abraza a si mismo para besar.

Se llena de una vida entregada, a mi,
al amor que siente que me es regalado.
Me hace un hombre privilegiado.

Hermandad, fuerte acero.
Algo entre dos fusionado,
una fuerza entera y nuestra.
El candado y su contraseña.
Fuerza por coraje, lealtad de amor.

Es una sonrisa mágica que sale con el sol,
me despierto a su espera.
Duermo con su luna al salir su luna.

Cuéntame el secreto de un extraño sueño,
de algo perdido en los recuerdos.
Cuéntame que significa esa dulce sonrisa,
la que escondes tras la lagrima de tu mejilla.

Rosa el pastel y los cisnes que se besan.
Rosa un amor que elige ser rosado con la ternura de un tono sensual y delicado.
El beso caramelo de oro.

Sanando como lobos las lenguas lastimadas.
Abrazados como los osos que no son osos,
yo de color neutro y vos de color rojo.
Volando con la destreza por la tiniebla,
volando sin ser aves por un manto sombrío.
Volando ciegamente hacia aquel lugar desconocido,
sin perder rumbo, siempre con el objetivo.

¿Donde se encuentra aquella felicidad que alberga mi pantalla?
¿Donde esta la causante de las vibraciones?
¿Donde esta y quien es, es por mi que es como es?
Me lo pregunto en secreto, me los responde a los cuatro vientos.
Es sin duda la verdad, la verdad, y rezo por la verdadera,
la definitiva, mi alma gemela,
el otro trozo de un alma que no esta entera.

lunes, 1 de septiembre de 2014

Frutilla a la Reina


Recuerdo los labios llenos de un suave color pardo, ¿Dulce de leche quizás?, creo que no. ¿Tú que recuerdas?

Fue hace un par de años, quizá más. La noche tras la velada de tu cumpleaños. Profundamente tarde en una noche, hermoso un beso en mi aterriza, y yo, que aun no estaba dormido, reí con calor. -Helado -pronuncia tu voz-. -Lo comimos todo -surge en la oscuridad de la mía-. Una luz se enciende, y mis ojos se giran junto con mi cuerpo y te miran, llegando a los tuyos, que no estaban afectados por el repentino resplandor. Arrodillada con una camisa tan larga que parecía una capa, te hacia un dulce fantasma. -Te dije que helado -replicas-.
Tarde el reloj, enfrente de la puerta, llevas un pantalón de lana negro, un abrigo mio aun más fantasmagorico, aun más dulce. Y yo igual que tú, pero con zapatillas en vez de con pantuflas de dinosaurio naranja. Las miro, y me miras. -Es mi cumpleaños -dices-. Y yo pienso que ya ha pasado hace mucho rato. Entonces abro la puerta, y bajo el bordillo de salida, coloco las manos y espero tu salto. -Vamos caprichosa -y saltas-.
Vas casi dormidita, veo como los nuevos peluches naranjas botan a cada paso que doy, pienso que fue un lindo regalo, y me alegro. Siento tu cabeza cayendo en mi hombro por detrás. Y me doy cuenta que viajas pensando, paseando el paisaje en tu mente. Disfrutando de la noche, como al entrar a una ciudad nueva, con una paz y tranquilidad serena. Esta húmedo y fresco, muy agradable, completando el circulo perfecto de un día cálido y soleado. Se ve como la leve lluvia baño el pueblo poco antes. Hermoso.

Cruzamos calles, pensando en que voy a pedir, imaginando que pedirás tú. Un dulce de leche, algún chocolate, supongo. Al llegar, lo vemos abierto, de madrugada, cuando el antojo del helado despierta. Como te despertó a ti esa noche, por lo que me hiciste levantar a mi. Te bajo, y te dejo cerca, sentada en un banco. Dulce me miras, mientras me acerco a pedir. No has dicho nada desde que salimos de casa, y presiento que serán una de esas raras noches, en la que solo hablas con miradas.
Observo los sabores, recopilo lo que quizás quieres probar. Y pido, pido, un cucurucho grande, el más grande que tienen que es muy grande, pido dos. Yo se que el mio me lo comeré, y se que si no quieres me darás del tuyo, aunque más de una vez, ese cuerpo pequeñito y delicado logra ganarme. Doy a cobrar y regreso con dos conos monumentales, que forman un diamante a lo lejos, mitad barquillo, mitad helado. Una sonrisa enorme pone tu cara al observar, pero es una sonrisa muy simple, sin mostrar la dentadura, es enorme, y a la vez muy pequeña. La imagen que representa lo que me siente tu verdadera identidad. Yo, intento llegar a la misma intensidad, con la sencillez.
En una mano, una dulce crema de nata blanca, decorada con frezas rojas grandes como manzanas. En la otra mano, lo mismo, pero de un helado rosado, con canicas rojas intentas de cerezas. Me siento a tu lado y me miras, con las manos hundidas en el abrigo demasiado grande. Miras los helados, sonríes y me miras a mi nuevamente. No se que hacer, no dices nada, y quiero seguir el juego de no hablar. Entonces me pongo de pie, y nos vamos por el parque, la fuente y los bancos que tiene la heladería, tiene algunos rincones privados. Me sigues fielmente hasta un lugar, donde hay una pequeña fuente de agua en forma de catarata a nuestra espalda.
Le doy un buen lenguetazo al helado de frutillas, y te lo llevo el resultado a la boca, te alimentas de mi, me la envuelves con los labios y recoges. Me miras seria, y entusiasmada por la idea. Con esa mirada de amor eterna. Y las frutillas viajan hasta tu boca. Nadie nos ve, nadie esta cerca y estamos en nuestro hogar, jugando, tonteando, haciendo lo que a nosotros nos gusta jugar. Al contacto dulce y divertido, sexy y tranquilo. Como también del helado, hasta que siento que en la otra mano, algo va resbalando. Entonces me lo quitas de la mano, giras enteramente el cono para limpiar los bordes. Tomas hábilmente con la lengua la cereza que corona la fría colina, juegas unas vueltas con ella en tu boca, y me la muestras entre los labios. Buscando captar mi atención, buscando que la robe. Se deja robar, pero sin antes jugar conmigo con ella de boca en boca. El mismo proceso se repite con las cerezas, con las frezas.
Al acabar el helado, te me quedas mirando al masticar el cucurucho, algo tan normal en vos. Ese regalo, la fascinación que tengo por verte hacer cualquier cosa, que conoces y buscas entregar.
Con la punta del cucurucho, te doy un beso de pingüino, que me rompes de un mordisco tenaz y divertido. Estas feliz, me abrazas mientras, sentada en mi regazo. Ves que llevo algunos dedos manchados para limpiarlos con saliva. Solo llego a limpiar uno, otros dedos son atrapados por ti, y limpiados a tu manera.

Los besos, el sabor de ellos mezclados con el helado, ¿Lo puedes recordar?
Recuerdo que volví contigo a casa, ahora, abrazados por delante, estuvimos mucho tiempo sentados, pasando el tiempo con amor. Te quedaste dormida, y volví a llevarte en brazos.
Respirabas mi cuello, sumamente agradable. Hasta que por la mitad del camino, un relámpago broto, junto a miles de gotas de lluvia. Llevabas la capucha, yo no tenia la mía, y no podía soltarte. No quería sostenerte con una mano he interrumpir tu tranquilidad. La lluvia caía, y no lo notabas, estaba tibia y yo seguía mientras nos empapábamos. Lo recuerdo claramente.

Dos o tres manzanas, totalmente mojados, y vos aun sin despertar. Abrí la casa y entramos, aun te tenia en brazos. Entramos en el baño y despacio te deje en la ducha, mientras iba a buscar el calefactor. Al regresar, te veo despertar, intentando averiguar como terminamos así. Sumamente feliz, sonriendo, goleando con el pie el grifo que se abre y comienza a mojar, mojando aun más la ropa mojada. Me estiras la mano y me invitas a entrar, y así lo hago. Compartiendo la locura de tu risa.

Abrazados, me sacas la lengua, solo una puntito con forma de frutilla. Y la muerdo, y la guardas sonriendo, diciendo, -Yo se algo con certeza, tú fascinación secreta por la cereza.