Respiro un fuego
inconfundible,
capaz de alterar todos mis
sentidos,
el fuego del aliento se
abraza a si mismo para besar.
Se llena de una vida
entregada, a mi,
al amor que siente que me es
regalado.
Me hace un hombre
privilegiado.
Hermandad, fuerte acero.
Algo entre dos fusionado,
una fuerza entera y nuestra.
El candado y su contraseña.
Fuerza por coraje, lealtad
de amor.
Es una sonrisa mágica que
sale con el sol,
me despierto a su espera.
Duermo con su luna al salir
su luna.
Cuéntame el secreto de un
extraño sueño,
de algo perdido en los
recuerdos.
Cuéntame que significa esa
dulce sonrisa,
la que escondes tras la
lagrima de tu mejilla.
Rosa el pastel y los cisnes
que se besan.
Rosa un amor que elige ser
rosado con la ternura de un tono sensual y delicado.
El beso caramelo de oro.
Sanando como lobos las
lenguas lastimadas.
Abrazados como los osos que
no son osos,
yo de color neutro y vos de
color rojo.
Volando con la destreza por
la tiniebla,
volando sin ser aves por un
manto sombrío.
Volando ciegamente hacia
aquel lugar desconocido,
sin perder rumbo, siempre
con el objetivo.
¿Donde se encuentra aquella
felicidad que alberga mi pantalla?
¿Donde esta la causante de
las vibraciones?
¿Donde esta y quien es, es
por mi que es como es?
Me lo pregunto en secreto,
me los responde a los cuatro vientos.
Es sin duda la verdad, la
verdad, y rezo por la verdadera,
la definitiva, mi alma
gemela,
el otro trozo de un alma que
no esta entera.
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