Los dos monitos que reparten la tarea de cubrir con sus manos, boca, ojos y oídos

Hace tiempo que vengo pensando y evolucionando las ideas. La carta sorda en un pasaje más de los millones no expuestos. Quizás como una forma visualmente patética del sentir que aquejo. Pienso que las formas no son sustanciales, impolutas en el trasfondo de querer expresarse. Un aquí y un ahora, un vos y un yo tan unidos como separados en la primera y la ultima vez, pues no ha existido más que lo fundamental, y una manos entrelazando dedos o una mirada o quizás un beso buscando sinceridad no fueran objeto de patrimonio real. Ser fiel a uno mismo con mentiras, mentir para llegar a algún lugar en auxilio de un espíritu ansioso. Tener como objetivo la nada, si saberlo, ceguera en el camino recto.

Dar amor y dar verdad, cosas tan abstractas como tantas importantes. Crear visual para demostrar, invertir tiempo y ofrecer palabras bien pensadas no resulta tan trivial. No, si todo eso se une para atestiguar todo lo demás. Cada acción complementa la siguiente y posterior, pues es un acto humano que no detengo ante la ausencia. Se mantienen aunque no se vea, y son creídos, pues se han vivido en anteriores experiencias. Existe como yo, como el corazón que late por vos, tan solo en un tacto o cercano sonido al contacto.

¿Hasta dónde podre llegar en la senda pensada para dos?. Formulo preguntas al espejo que un reflejo no podría contestar.
Sera aquello que veo, que observo con ojos tiesos, casi perdidos en la nada. Que piensas no ven nada. Pero allí permanecen ante la visión invisible creada por el pensamiento. Es horrible la belleza que aun no puedo demostrar. Es hermoso continuar ante el sueño de mostrarla.

Me olvidas, me recuerdas, me vuelves a encontrar, lloras y apartas la mirada, buscando llevar con tu cuerpo el alma, pero el aroma de un perfume natural permanece en la sala. La estela de inagotable fragancia me regresa a ti, pues he de seguirla sin negar que vivo enamorado de ti. Del deseo de seguir.

Bye / Chau

Tan cercano y visiblemente lejano, como un camino boscoso nublado. Tantas maneras de morir apastado por el atropello fugaz de un ente embriagado.
La vida donde se desaprovecha cada registro divino de los cinco sentidos. Donde pesa más un colorido artificio que las mil facetas de un amigo.
Llorar por lo tradicional no es llorar por felicidad, las lagrimas se inventaron para expresar la alegría, habitualmente confundida por los ojos en los momentos de emocional agonía.
Contrastes de tamaños, algo lejano, cerebros alimentados de forma dispar, los corazones laten a la par.
Las preguntas no se formulan impidiendo respuestas, pero ya no hacen falta porque la linea es recta, cuando fue cortada el horizonte queda.
Un adiós y tantas cosas que se esperan, nada dará un alma enferma.

Uno o dos

Aprender a golpes o aprender a amor.

Otra de mis mentiras

Buscando cabida a un verso en el silencioso metaverso que enjaula cualquier posibilidad de pronunciamiento sincero. Todo miedo, todo ego. Esa muerte del séptimo sello, amiga, confidente. Gente en la vida a la que no le confiás.
Terca la forma y terco el lugar. Esa canción siempre suena de la misma forma, trabada en la misma estrofa.

La trabajada belleza que no esconde las mentiras, más bien resaltando lo que el rostro es en realidad, lo que esconde la mirada de la persona señalada, que mira y siente, es mirada y comprendida por tal, pero no es simplemente piel y ojos pintados. Escondiendo motivaciones y acciones no accionadas, miedo a actuar, a decir una frase tranquila para aliviar la carga liberada hacia una amiga. Un instante nada más, pero ni eso llega a formar parte de lo relacionado. Mil años de mentira, cinco, tal vez dos. Ninguno real.

Es mejor estar desnudo en la lava que indefenso en tu cama. El calor de la roca quemada tiene una verdad química certera, matemática. No miente como el bombeo de sangre que entibia la piel, que enreda las lenguas y entre en tu ser.

Taty nar Chile

Quizás si te encuentro en algún lugar ajeno encuentre en tu mirada la mirada tan ocultada. La escafandra de cabello cubre un rosto intimidado por el reflejo, donde la autoestima se aleja de la dulzura. Las palabras no son nada, y al tiempo es estimulo vació para dos amigos. Ni el impulso sexual, ni el brazo al que te agarras hará nada.
No quiero ahogarme en mi río, no quiero empaparte al traer conmigo aquel fluido. No te desnudaras para entrar a mi lado, no te tumbaras en la arena negra para broncear tu tez pálida con un familiar resplandor. Los lugares comunes fueron recordados en mutuos lugares ajenos. Recordándote en un frió refugio de lujuria.

Nada podría defraudarme más que un cambio inapropiado a nuestra tan mal formada encrucijada, nos detuvimos mucho tiempo por tus noches negras a esperar, pero nadie nos vinos a buscar. El silencio que mantenías fue un desgaste definitivo en miles de ocasiones, una patada alta para destruir una entidad que te superaba.
Nunca me darás la respuesta correcta a la verdad, una tan mía como lo fui yo de ti en su día.

Culpar a la niebla

Las carreteras son el muro de Berlín del resto de animales terrestres, formuladas egoístamente para veneficiar el mal uso de todos nuestros males. Allí donde se niega lo básico, sus instintos de supervivencia más básico, alimentación y procreación. Incitados por obligación a jugar como rana, paralizados ante los grandes ojos blancos que se expresan como tormenta, sin la piedad de un relámpago en la elevada niebla.
Clones fascistas del vil espécimen.

De frente hacia atras

Que pena provocan las bellas adolescentes que van por las aceras abstraídas en sus maquinistas.
Al igual que el inconsciente que espera escuchar el choque tras la frenada que se oye, fantaseo con el tropiezo de realidad en sus lindos rostros.

Esporas de miedo

Lo triste que es encontrar un comentario del pasado, ver una manito que señala un 'me gusta', llevar el cursor a el y verlo desaparecer. Saber perfectamente de quien es y ya no es.

Tristes lagrimas

Truenos que se asemejan a palabras de miedo. Lluvias de asidos recuerdos. Terremotos como golpes en el suelo. Hambruna de carnosos besos.