lunes, 13 de abril de 2015

Culpar a la niebla


Las carreteras son el muro de Berlín del resto de animales terrestres, formuladas egoístamente para veneficiar el mal uso de todos nuestros males. Allí donde se niega lo básico, sus instintos de supervivencia más básico, alimentación y procreación. Incitados por obligación a jugar como rana, paralizados ante los grandes ojos blancos que se expresan como tormenta, sin la piedad de un relámpago en la elevada niebla.
Clones fascistas del vil espécimen.

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