domingo, 18 de mayo de 2014

Diosa Luna


Porque no es el sol lo que me fascina, en mi búsqueda existe una bella luna. La más grande y brillante estrella del éter eterno, esa, es ella a quien quiero. Nada volvió a ser igual desde que aquel bebé miro hacia el cielo, desde ese momento solo sus ojos rebuscaron un rostro en su recuerdo. Una fugaz estrella perpetua, anclada en las alturas, buscando en la llanura de un espejo un similar reflejo. El llanto acuna a la diosa de las cunas, en su eterna noche encuentra aquella alma nueva, dulce entre lo lúgubre de un mar de penas.
Sin poder aguantar la distancia, danza, canta, entrega, muestra todo aquello que experimenta. El niño ya hombre observa y no lamenta, porque la aurora es el suspiro de su reina.

El ser carnal aprecia a pesar de las eras, que en la distancia existe una puerta, abierta, al servicio de una vida eterna.

No hay comentarios:

Publicar un comentario