martes, 24 de marzo de 2015

Faceta atemporal hacia la princesa y el rey


En albores del saber considerados importantes un hijo se hace padre evitando la maternidad. El abandono se aleja del rencor madurando con el hoy. Donde la verdad traza un segundo plano hacia la confianza.
Dos momentos incomparables se abrazan, son vividos en momento, lugar en ambas miradas llevadas por la misma briza de un solo viento. Esperanzas de llegar.
La luna que esconde tras de si un océano de impureza nunca se muestra tal y como alberga ser, la mentira es una aguja profunda atravesando la piel con carne que se baña de sangre en enraizamiento de venas y dolor. Más allá de lo carnal existe un alma igualmente perforada que sangra lagrimas, la señal terrenal del anima.
En mi lugar dos verdades tan iguales como ser o no ser quien quiero ser, la fuerza del emperador con su verdad y la contrariedad del pupilo que desea gobernar. Alterando la predicción psicohistorica una mujer altera la historia. La matiz de un destino inimaginado ahogado del amor apático.
Entrometida sintomatología de tormenta lleva, la decisión de continuar encanta, cada pauta una acción arriesgada. Lo correcto es una negativa iniciada por una mala vida. El trauma de ayer es un tatuaje actual, la marca en la piel pronuncia lo inentendible con un grito de auxilio. Amor me piden tus ojos, el efecto me entrega tu cuerpo, el gustoso aroma del placer retiene lo que el ego no expresa al saber que lo perfecto se puede obtener del sacrificio de arena. Esperar con tiempo al tiempo y obtener lo que los sueños ya no pueden retener, tenerme y descubrir lo que jamas hubieras tenido sin mi.
Tanto por el padre hecho amigo como por el enamoramiento profundo. Las cualidades de un ser se adaptan hacia un mismo destino.

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