domingo, 29 de abril de 2018

El alma de las palabras mudas y desvalidas


Porque lo más duro son aquellas palabras, las que no condicen con la realidad. Las que fueron dadas en momento y lugar, diferente al escenario que se da. Uno construido para ser desechado en un perpetuo olvido, desechable en el más cruel de los destinos. Porque ya no hay palabras de amor, cruenta perdición.
Porque ya no hay palabras y las antiguas son desvalidas con las miradas, las que se encuentran y las que se guardan. Pues a verdades todas amañadas.
Un amor muerto que se conforma con el pasado, el que brillara en un antaño en partes recordado, bien anclado. La espina dolerá en el mismo lugar, aquel que busca dilucidar lo que hubiera sido un buen final, y entre ambos la eternidad. Pues el martillo que golpea también crea, amolda con su fuerza realidades paralelas.

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