sábado, 14 de junio de 2014

14.469


Diez mil cuatrocientos sesenta y nueve kilómetros y horas. Surfeando pasivamente sin tiempo por altos aires. Donde las aguas frías de azul oscuro dan paso a una costa, y sus cultivos de luciérnagas anaranjadas. Pienso en ti, pienso en ella, en la que amo y amare, en la que amo y amare, porque ambas caras de tu moneda son doradas, brillan y son dulcemente hipnotizadas en mis ojos de ansiedad. Eres lo que busco y lo que quiero, en la distancia presente de un futuro cercano, cercanos en tiempo y piel.

Tal buteo llegare en forma de ave, trasformado en persona. Manifiesto bien nuestro, de mis sentimientos tan fuerte que apenas puedo entender, de tus sentimientos tan profundos que me derrito al comprender. Cien millones de momentos, todos nuestros, insignificantes ante el tiempo por la fuerza del deseo. Nuestro dúo, nuestro uno, nada es soledad si en mi mentes tú estas.

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