jueves, 19 de noviembre de 2015

Diabolo


Burlas de tiempos poco perfectos, manos que sujetan desde abajo los brazos y las piernas, una almohada con funda de seda nos ahoga el rostro sincero lleno de penas. Todo es dolor, desde el despertar al intento de soñar, días tras noches esperando una señal horrorosa y verdadera que albergue en su mentira la renovación de una esperanza vieja. Lo primero que veo en tus fotos son tus ojos, son los espejos de un alma que ha sido enamorada, señales de inmortalidad de lo nuestro, al menos de la mano del hombre que ha decidido poner su alma en juego. Quiero insultar y golpear y quemarme a mi mismo en un intento de sacrificio para traumatizaste creando una cicatriz perpetua de la cual nunca puedas recuperar ni la sonrisa ni la felicidad. Simpatizar con el demonio que tú crees en mi.