Llego tarde al rencuentro del prófugo
pensamiento, lo que va y viene y siempre quedara. Así se anulan los
sabores, paradigmas y decisiones, donde el día renace junto a la
caricia de la nueva luna, que refleja la luz de un sol que nunca
duda. La esperanza aun en oscuridades se muestra tenue, pero
resplandeciente, aun más en los espíritus fuertes.
Nace de mi canción para vos, para ti,
para usted, a quien aun no he conocido, pero siempre estará en mi
pensamiento reciente, casi mágico, hermoso por siempre. Y nada
importa después, pues ya no es antes o después, si no un único
presente entre la distancia que separa las mentes, la longitud entre
tus ojos y mis ojos. Donde las manos se funden, donde las bocas
practican el contacto, y de los preciosos parpados cerrados los
cerebros entrelazan lo exacto, amor hermano. Amor de alma gemela, de
ingenuidad bella, de amable entrega; maravilloso: tú mirar en mi
sollozo.
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