sábado, 22 de julio de 2017

Marciana


Trae en el almendrado visual de su mirará la rareza de otra raza. El juicio que migra del racismo a los valles donde el hombre se enamora y testifica lo divino.
Testigo del secreto que guarda su sino. Que nutre y rechaza en el mismo estimulo, acción de respirar para mantenerse vivo, aire que inyecta en sangre su espíritu.
Del viento que a filtrado nuestro árbol ambos hemos respirado. La respiración un contacto, y por el cielo siempre conectados.
El imaginar de tu voz futura leyendo cabizbaja con lágrimas en la cara las palabras pronunciadas a la penumbra en voz baja. Cerebral, el mismo gris que mitifico. Amor, de triste frio.
Del roce chispas que incendian el infinito. Lugares comunes. Únicos. De tú presencia exacta o sólo humo.

Confió en que tu mente sepa masticar en lo dicho, y observar, menos que lo presente y más que lo evidente .
Llegue a la legalidad para confirmar la veracidad de pureza desprestigiada, de vida soñada.

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