El amor es una enfermedad que cura a las demás, donde nace el sentimiento naces vos, pues es quien lo crea en mi corazón.
Lamento las distancias que ensanchan, disminuyendo al trasmitir mi alma, que me hace vislumbrar esta amistad que es mucho más.
Te amo como ha dispuesto mi mente en éste encuentro que abriga mis ansias, cada instante es un anhelo cuando no te tengo, esperando el instante del nuevo encuentro. Tú empiezas a repetir en miradas lo que trascribo en palabras, empezando a comprenderte como realmente te ves tras la desnuda piel que cubres en miel.
El anaranjado iris de otoño, del cielo y un todo.
Emerge un delfín que me tienta a hundir las lagrimas guardadas, purificando con la danza del lago todo brote de melancolía y enfado. Dando lugar, ya por fin, a un reino submarino tallado en marfil donde conviven en un vals la entidades del mar.
Encuentro un hogar más allá de la tierra y sus océanos, donde se elevan las montañas y sumerges las aguas. Más allá del abismo, del universo mismo.
Un instante que se hace realidad por la tentadora equidad. Mientras el peso recae en mi rezado y las miradas se borran, todo brota, en un arcoiris de rosas que cubren con flores tu boca.
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