domingo, 8 de octubre de 2017

Arrebatos literarios


Hay algo que nunca le podrán arrebatar a alguien que se sienta frente a un libro abierto. Ese algo sagrado, eterno, que finaliza con un leve estruendo, cerrando el inicio del pensamiento que trascurre sin quererlo. La reverencia profunda que observa la portada, recorre entre yemas que acarician la experiencia tomada a cada palabra. Entra por instantes, y como nunca, a la obra profunda, asimilando ya mutua su existencia en una.

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