martes, 19 de abril de 2016

Ida / Sólo ida


Y sonrió al espectador, disipando toda angustia precedida. Comprendió la fragilidad oculta en la felicidad que se abría rota. Fue feliz por el simple hecho de serlo, pero tuvo ante si una real excusa. Pudo decir, ser, y pagar. Podría afirmar en un futuro, a base del recuerdo exacto, fue real.
No necesito de más, y jamas nadie le preguntaría, la respuesta al aire se daba por sentada. El valle solitario tuvo su momento junto a la presencia de aquel algo silencioso que cambio fauna.
Fija mirada apuntada a la soledad, que se sentía y pensaba. El convencimiento desesperanzado, padre de esperanzas perdidas.
Presencias de lo remoto en burla del contacto.
El teléfono que no llama busca señal.

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