No necesito de más, y jamas nadie le preguntaría, la respuesta al aire se daba por sentada. El valle solitario tuvo su momento junto a la presencia de aquel algo silencioso que cambio fauna.
Fija mirada apuntada a la soledad, que se sentía y pensaba. El convencimiento desesperanzado, padre de esperanzas perdidas.
Presencias de lo remoto en burla del contacto.
El teléfono que no llama busca señal.
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