sábado, 21 de mayo de 2016

Miel antigua


La mirada no puede callar como lo hacen las palabras, una lengua que no se mueve obtiene un silencio, los ojos pueden aislarse tras los parpados y los oídos ser ayudado por las manos. Aun así poder miras tras la fotografía que capta un momento de la vida, respira sin hacerlo, es quien sin serlo.
Una luz inspirada del plasmado recuerdo. Allí estará, bagando, y fielmente almacenada en un álbum, dos dimensiones acariciaras con tristeza, trasladando al ser, al espíritu del deseo incierto.

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