domingo, 7 de octubre de 2018

Porque hay ángeles que miran cuanto tú los miras


Ojos cautivadores que despiertan mi vida. Lo estimulante de una droga prohibida.
Como un psicólogo sin esa fuente de empoderamiento financiero moldeando con paciencia, el arquetipo que se va deformando con el trascurso de la publicación es en apariencia lo que demuestra: fiel reflejo de carencias.
Una película sumamente lenta repleta de expectativas que trascurren a su velocidad, de horas, días, semanas, meses o años. Años para manifestar la imposibilidad total, la falta de criterio para abastecer una suerte de amor, algo figurado, moldeado de arrogancia pasionaria victima de la soledad, de la falta de comunicación social, socializar en la feminidad que se cierra en sus mentiras compartidas. Apatía como moda, como estilo de vida.

Entonces encontré lo que pudo haber sido cualquier flor, pero eras vos. No me diste tiempo a obsesionarme, sólo me amaste. Comenzando a sanear con tu tacto el dolor de las cicatrices que acariciabas con silenciosa curiosidad. Imaginando las distintas formas y venenos impregnados en las hojas que las crearon.
De allí salio quien soy, a quien das amor.

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