jueves, 11 de diciembre de 2014

Perdido en la mazmorra


La respuesta más sensata recae en su ignorancia y debilidad que la vetaron de fuerza y paciencia para formar a mi lado una vida unidos, algo solo nuestro construido para estar siempre juntos. Diferencias de edad y perspectiva la llevaron a desistir del significado de lo que ella misma sentía por mi, volcando con el tiempo la belleza de su cuerpo y el calor de su brillante personalidad en unos brazos inflados de hormonas controlados por un cerebro quemado incapaz de conjugar la más simples de las frase sin fallar. Un futuro honesto, feliz, divertido, eterno, cambiado por meses de recuerdos triviales a los cuales terminar por olvidar.

Esa parte que incansablemente nos lleva por el camino equivocado; ella y yo con nuestros defectos en el mismo sendero, de la mano, mirando hacia el mismo reto, virtudes aplicadas para complementar dos vidas que buscan ser unidas en una.
Me dejo peleando solo contra un monstruo que la asusto. Ser más fuerte que nadie implementando la prevalida de mis sentimientos junto al coraje que vi nacer con ella, ser y querer ser, vencer tras la insistencia de una vida de proyectos que den sentido a mi nombre y mi cuerpo, a mi tiempo en esta tierra que decidí bajo fuego en el cielo ligar a su elo.

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