miércoles, 10 de diciembre de 2014

Vela por nosotros


Pensamiento de tormenta huracanado trae consigo la lluvia de pensamientos.
El foco de luz que ilumina por si sola el cuarto proviene de la llama de una vela, hipnótica y bella, el símbolo universal de la ultima esperanza.
La soledad que siento se hace confort con tu recuerdo de alma, un abrazo que se siente real, traído desde donde nace el amor, el prudente sentimiento jamas envejecido.
Qué recordar cuando vale la pena recordarlo todo, entonces me recuesto a tu lado para sentir lo que engloba todo.
La charla que creamos imita lo que seria el contacto de los labios en acción de un beso apasionado muy largo.
En la mente la vela sigue encendida ya que forma una atmósfera de color que resaltan los pigmentos de tu piel y la mía.
Aun en el oscurecer las miradas se ven, la piel siente los alientos y los oídos el respirar cercano tras la cortina de aire feroz y chisporroteo acuático. Los relámpagos son como un orgasmo.
El calor desnuda con lentitud desapresurada, en la promesa de una noche larga. Piel con piel a pesar de la temperatura, las sabanas ausentes no se harán presentes. El fulgor es dueño nocturno del secreto.
El cuerpo moldeado en oro resplandece dormido, permanece abrazado por completo por mis extremidades. Las manos que aprietan sus pechos sienten palpable el latido de un enorme corazón.
La nocturnidad es la melodía feroz del significado real de la vida, vos y yo forman la más pura de las sinfonía

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