lunes, 17 de agosto de 2015

Su salida


No es ninguna hipérbole. Es una realidad atestada de piedras afiladas en un túnel de único sentido. Soy succionado hacia el por un perfume barato, es una fragancia que no tiene nada de especial, no destaca, no incita, no atrae, la nota es tan baja que parece pasada, pero persiste en su banalidad.
Mientras el calzado que calzo se va rajando, atravesado por las agudas puntas de flecha, mientras continuo a lagrimas sin llanto. El sonido que se percibe no proviene de mi. Empieza a resonar como eco la risa, tan infantil y absurda como ella misma.
En mi frente, un resplandor y una silueta formada por el contraste con la luz. No encuentro motivos para dudar quien la crea. Encuentro la duda al ver la corona en su cabeza. Ella no es ninguna princesa.