Estúpida que saca conjeturas desde su ignorancia. Absurda su esplendor, ceñida a una mirada perdida que brilla, brillante sin valor. El capricho más absurdo de la niña egoísta, nutrida de ego vomita. Su vida es el pecado capital de no ser quien sera. Perdida, más que extinta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario