martes, 29 de noviembre de 2016

Indeseable hacia miradas de aire


No fue una promesa, pero me tomo mis palabras como si lo fueran.
Muchas veces me preguntan sobre tu voz. Sobre mi sentimiento hacia vos.
Me haces morir y revivir en el mismo aliento. Tienes algo que es sólo tuyo. Sólo nuestro. Propiedad del tiempo.

El llanto de bebé vecino ruge tras los muros. La radio suena como despertador, ¿Es de día o mi pesadilla?.
La humedad va quemando tus fotografías. La madera se abre como carne de costillas, se deshace sin sabor en un polvo fibroso. La atmósfera decadente del todo corroe mis pulmones ya enfermos.
La espera me espera, el tiempo ha pasado, corre un camino tras la muerte. En la fuga de los sentimientos trasnochados que van decayendo, quedando prendidos en mi recuerdo.
Estar, irse, volver para acabar. Regresar, y un futuro incógnito se da. Perdonando la mentira, purgando su victima.

La luz traspasa la grasa indescifrable, cernida del día por los cristales olvidados. Llega a mi mirada la consistencia de su pregunta, la que se apropia, que olvida.
Un circulo vicioso, la frase golpea los muros craneales, busca una salida desde el interior del cerebro. Una serpiente ansiosa que repta, sesea. El aura de muerte emite su intencionalidad. Bulle de asesina. Se excita. Ladra al espacio en su lengua materna, llora a la estrella, amanece a la luna llena. Se hace virgen, entristece, muriendo tibia sobre fría ceniza.

No hay comentarios:

Publicar un comentario