jueves, 27 de abril de 2017

Naufragio al edén


Quererte en el fondo me sabe a poco. Me anuló al canalizar la frustración del ser, con la intensidad de una tormenta de nieve que arrasa interés; reniego de intentarlo otra vez.

Trae en el almendrado visual de su mirará la rareza de otra raza. El juicio que migra del racismo a los valles donde el hombre se enamora y testifica su ansiedad ante las piernas de una dama.
Testigo del secreto que guarda su sino. Nutre y rechaza en el mismo estimulo, acción de respirar para mantenerse vivo, aire que inyecta en sangre su espíritu.
Del aire que a filtrado nuestro árbol ambos hemos respirado. La respiración un contacto y por el cielo siempre conectados.

El imaginar de tu voz futura leyendo cabizbaja con lágrimas en la cara las palabras pronunciadas a la penumbra en voz baja. Cerebral, del mismo gris mitificada, amor y tacto en tus labios.
Confió en que tu mente sepa masticar lo dicho, observar menos que lo presente y más que lo evidente .
Hay algo que almendran tus ojos, como una palabra que identificase su curvatura, que hablara con pasión de su naturaleza profunda, un significado personal para definir la incubación sagrada de tu mirar.

Llegue a la legalidad para confirmar la veracidad de la pureza desprestigiada donde he asentado mi esperanza.
Dicho lo dicho, sólo hay voz para el auxilio.

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