miércoles, 26 de abril de 2017

Encuentro entre mar y cielo


Amos las intervenciones del tiempo que separan por momentos del espacio los cuentos, propios y ajenos.

Un plano que se acerca difuminado. Contando a través de la luz el significado de sus sombras. Planos cortos y largos van a través de la isla contando la belleza exacta de los cuentos fantásticos creados por la mano. Alma de mujer, perfil humano.
Miro con firmeza las facetas con las que apaciblemente se muestran trasparecías, calidez de rayos invisibles sofocan en tranquilidad, como la suerte de nido maternal. Aprendes del abrazo de sentimientos trasmitidos como espectador, surcando en chapuzones descoloridos repletos de amor.

Nieve sin hielo, polvos volcánicos fosilizados caen como los pétalos de rosales acabados. Bendecidos por el beneplácito de una naturaleza muerta. Ansiedad de existencia putrefacta, carencias emocionales despiertas, cielos sin tormentas. Visión sobre el día a día y las brizas que lo guían. Lo cotidiano se hace temprano, la realidad cruenta del presente y pasado, el futuro no se ensombrece con oscuridad, pero se tiñe del opaco oxido del mañana. Fe, algunas tragos y sonrisas, sexo carnal de estímulo bucal, unas cartas bien escritas y unas cuantas salidas hacia la playa desnuda, donde se juntan en agua cristalina con pechos frescos de juventud favorecida.

Lloran las lagrimas que se ríen de si mismas dentro de botes que naufragan en orillas. Las prisas no se llevan en sus playas bañadas de luna.

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