domingo, 30 de marzo de 2014

Convallaria


Valle escandinavo, sueño donde todo es blanco. Dos manchitas tostadas se abrazan en el frió, cercanas por el sol del corazón que proporciona abrigo. Una cámara entre las ramas siamesas de un árbol, sentada en la parte llana de una gran roca, en el extremo de un brazo: saca una fotografía, y otra. Lugares atesoradas por miedo al recordado olvido, donde se queda para siempre la felicidad de un momento. Un viaje por millones de razones, solo dos. Tú, y yo.

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