jueves, 23 de octubre de 2014

Año Lunar


Se esconden las mañanas oscuras como las madrugadas, te engañan. La hora que marca el reloj despierta a una amiga sonámbula como ninguna. Su voz en una nana que arrulla, cereal crocante entre miel de abeja. Una pequeña roca pulida por el río, la acción de erosionar lo fundido.
La madrugada, la mañana, sea cual sea trae consigo la lectura indicada, una fuente de nada más cercano que los recuerdos, partes del plan que no es secreto, pero que a nadie se le ha ocurrido leer a la luz de las hogueras en invierno. Me parece justo que las condiciones sean simplemente las que la vida destaca. Tristes realidades del los tuertos, casi ciegos. Pero la fuerza del corazón no se inmuta, no destaca, pero siempre respira. La triste vela prendida en el altar. En las cavernas de oro solo el calor tiene su valor.
Si ellas fuesen también lunas... ¿Sentiría la soledad de que existiera solo una?

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