sábado, 4 de octubre de 2014

Línea N


Frente al escudo infranqueable de armónicos sonidos el hombre joven en audacia o confundible cobardía se dicta a si mismo cierto relato de poesía.

Sin segundo lugar la mística princesa observa el cielo en el trayecto, desde la mirada ajena se imaginan vidas y matices de la misma, pensamientos difusos para una mente que desconoce los sentimientos que esconden tus ojos. Pero el mira donde se sienta y no vuelve a observar, no busca interrumpir su cántico visual, pero el piensa en ella mientras el trasporte los lleva por un mismo camino a distintos destinos.
Hechizado por unos ojos que lo han mirado, unos ojos tan vivos, vivos en el misterio de un rostro no expresivo, y en esa curiosidad de la belleza nace algo bello en mi, con pura sinceridad de una amistad que me de la oportunidad de decodificar lo que veo cuando te pienso.
Chico en busca de encontrar las matices del verdadero coraje, un afán de llegar a una mujer de una forma aparentemente descortés o difusa, encontrando un valor en mi interior, una manera sincera de demostrar con un estilo personal lo soñado. Discutiendo conmigo mismo la mejor forma de llegar a un lugar al que no se como afrontar; solo un muchacho que siente algo bonito por un ser lindo del sexo femenino, volcando por ella un sentimiento puro, real, que destaca con estas palabras.
La primera vez te vi hermosa, la segunda pensé que eras maravillosa, y no tuve otra alternativa que rezar por volver a verte una vez más. Jurando que si sucedía iba a estar preparado con un detalle online al que pudieras llegar con tranquilidad, con la intimidad que puedes encontrar sola en casa leyendo sin ningún conflicto las palabras de aquel sonrojado desconocido. Con silencio me comunico, desde un cercano y lejano lugar, un reino personal que se ofrece a explorar; preguntándome bajo un árbol frutal que clase de mariposas crecerán en tu alma.

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