martes, 14 de julio de 2015

Mi caza


No lo veo, pero allí esta. A un costado o al otro, delante o detrás, en todas partes, en algún lugar. Escapo de la bestia color gris de mirada rojiza. Oigo confundirse las pisadas, siento una peste imitando mi hedor, se hace uno con mi respiración.
No me detengo en la agitación, una rama se tuerce, un búho canta, se aceleran en la nieve las huellas que me marcan.

Tras una luna que se llena de irradiante blancura, un lago se ilumina. La sed patina como el cuerpo que se aproxima. Me acerco a beber del agua que se escarcha, reflejando en mi cara al ser que me caza.