viernes, 30 de septiembre de 2016

Donde las luces crean sombras


Es distinto lo que piensas, dices, crees y sientes. El espejismo constaste del deseo anual, cartas incomprensibles sobre la mesa en un juego sin reglas.

A diario regreso a buscarte en aquel callejón donde me amaste infinidades. Donde mostrabas simplemente la forma física del inerte amante.
Sin saberlo obtuve lo que esperaba, donde la desnudez de los encuentros tallo la inferioridad de los instantes. Era aquella la creencia eléctrica, era el estimulo primitivo que en su razonamiento aullaba.
Pedí lo que encontré, hallando con ello el sentimiento superior de un verdadero anhelo. Pudiendo expresarlo posteriormente en cartas lejanas, mostrarlo tras la perdida, lanzando flechas de fuego al viento, incendiando con palabras los mensajes que las aves trasportaban. Hubo humo y lagrimas, hubo sendas donde mis huellas fueron marcadas, madera tallada en el camino, charlas con andantes vespertinos, cansancio, lagrimas y soledad. Existió dolor basado en el amor. Algo llamado vos, nombrado por mi sólo como el nosotros.

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