domingo, 3 de noviembre de 2013

Ovulo de niebla


El tiempo que no es más que una ficción del tiempo te conserva en mi cabeza, donde tu recuerdo fue más vivo mediante que tu te trasformaste en algo incierto en cada momento. Extraño las fotografías y las imágenes en movimiento por las que tanto delire, conservo los aromas de tu ser, conservo las postales del ayer, todos los momentos que vivimos serán la parte de nosotros que con mayor recelo sera guardada, como el tesoro que hizo dar el paso hacia algo que pudo ser nuestro definitivo final.

Ronronea la guitarra que a su voz acompaña, las escuchas a escondidas es el método eficaz que solo regala angustia y soledad, la soledad de tu voz acústica revotando en mis auriculares a miles de leguas hasta la desembocadura del río.
Tu ser, tu persona, por la que perdí la cabeza, y me sigue desvariando. Aquella lengua perdida entre tus labios que tanto deseo, tu cuerpo perfecto que atravesaría con desvelo, es lo único que tengo. En esencia todo aquello que me diste porque me creíste predilecto, todo lo que sé es que en tu cerebro sigo machacando partes del esqueleto, provocando temblores, escalofríos, sudores, excitaciones, sentimientos, y aunque me pierdas me tendrás, como al hombre que buscas y en mi encontraras, encontraste. Como al compañero que lucho para empezar una nueva familia que formar, con la hermosa que me dio la mujer más valiosa de mi mundo.

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