viernes, 13 de diciembre de 2013

Goteo estelar


Con perspectiva patética y maravillosa camine por un camino ya transitado de estalactitas de luciérnagas, esta vez con fondo lluvioso de melancolía en recuerdos amargos. El pasado es claramente tuyo, solo tuyo, con ese apoderamiento del tiempo, de los días del año en los que me acerco hacia aquellos momentos, como si esperara de alguna manera revisarlos para repetirlos en un intentos fatídico del cerebro por recuperar cada uno de los fragmentos que he podido olvidar. Es el bulevar de un periodo que intento ser hermoso, es un aroma, de un tacto, de mi mismo en los pensares que creo perdidos en ti. Desde que pise la calle estrellada comenzamos a charlar, acompañándome hasta llegar a mi hogar. Nos despedimos, tú te alejaste normalmente, como hubiese sido en la realidad, pero yo me negué. Me abrazaste, me besaste la garganta y pediste por mi, llevándote en brazos hasta mi casa, el cuarto y la cama. Un buen final para un día laboral, un recuerdo de lobo para épocas de cordero.

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