domingo, 30 de octubre de 2016

Estrellas tronantes


Porque forma parte de una boca inalterable, clavada por la sombra atómica en los albores de mi historia. Me hago un fantasma activo en la inconsciencia colectiva, donde mi pesar es añorar las ansias y el rencor de volver al amar. Error del sentimiento cautivo, la radicalización de la soledad, su fama infame rebobinando lo oprimido en el mañana.
Miedo a actuar por la falta del pensar. Horror a trasferir lo pudrido, a la mitificación del sino. Un lugar sin lugares, carentes de las fechas permisivas en la ausencia de los tiempos. Un humilde foco en un mar de sombras creadas por su obra.


Me tiemblo a pensar en lo que dirás desde el pensamiento, buscando el pretérito del porvenir de los textos, y al parecer, sin que se parezca a ninguna consecuencia, existe en el mirar oscuro la predisposición de observar, manteniendo miras atractivas que me hacen afianzar lo que abiertamente he de desea. Una elegancia femenina que se muestra a mi conservación como el diseño inteligente de la seducción, un patrón armado para el antojo de mis gustos homónimos, perfección. Hubo algo que ahora esta, que se mantiene, que existe y existirá, quizá la mala sangre propondrá un destino indiferente, o alterará la formula contrarrestando lo pactado. Sera la paciencia un don, la expiación de temores infundados. Germinar la lucha, forzar purga, mostrar la beldad del ectoplasma de cristal.    

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