miércoles, 16 de abril de 2014

Aguas estancadas


Una canción antigua que dice algo, golpea sin matar como un relámpago, la contundencia se disipa y te llena de energía. De un rostro en firmeza aparece una sonrisa, la que busca expandir alegría. La tenue gota del recuerdo, ese a veces empantanado amigo, ahora fiel proveedor.

Manto color cristal, la sábana liquida de una ducha fría, que se entibia por unas manos llenas de vida. Nocturnas alegrías, cuando la noche rescata un momento perdido entre los espectros del sol. Calores de furia innecesarios, donde las cálidas armonías son ya músicas. Oídos hambrientos de perdón.

Entre aquella triste duda se encuentran dos personas, ambas entristecidas por sus carecimientos. Cuando el propio amor se niega a quedarse atrás con la suerte encuentra la verdad. Sentirse a uno mismo no significa nada, son toscas sensaciones que inalteran la soledad. Solucionan otros labios.

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