viernes, 28 de noviembre de 2014

No son cualquiera tus lugares


Es el perfume de un viejo incienso que se quema para descontaminar, el la humedad que limpia huellas eternas, una gota de sudor cae sobre las manchas de la propia sangre diluida en un producto limpiador. Lagrimas de lo cotidiano son parte del pasado.

Son las cosas que quiero pensar, porque no solo satisfacen en un pensamiento objetivo mis deseos, son compartidas en una idea de mutuo entendimiento, donde los protagonistas gozan de ser igualmente felices. Eso no puede confluir en egoísmo, en el señalamiento de un idea atroz, podrida, horrible.

Un grito maternal, hermandad. Miradas que señalan, juzgan, maltratan. Lo merecido y lo desmerecido unidos, un solo conflicto, uno extinto, mil verdades soportadas por mentiras. La realidad actual, un futuro más allá

Donde las mentiras cercanas se duermen en las verdades lejanas, ese es tú lugar. Al lado de un cuerpo que te ama, lejos de otros que finjan intentar entender los fantasmas, los humores y las ganas de vivir y volar que intentan despegar esas alas desplumadas.

Uno y otro amigo, alguna amiga lejana, cosas difusas de un sentimiento plenamente adolescente, procesos del sentimiento en crecimiento. Una bondad difusa, una verdad ciertamente pura, una mujer de alma hermosa encerrara en el cuerpo de una diosa.

Cierto lugar lejano, muy lejano, tan lejano en lo personal como en lo real, tan lejano como para que el vago mal pueda llegar. Entonces la felicidad es lo único que te queda, la paz en un hogar privado, construido con tus fuerzas y ganas, por ti, para ti, del amor que sientes por mi.

No hay comentarios:

Publicar un comentario