miércoles, 24 de junio de 2015

Encaramelado en azufre


En las galimatías de mis recuerdos te veo bañada en veneno, sufriendo por algo pasajero, negando lo verdadero. Viajes enteros de burdos momentos, la imagen mental es más clara que la ilusión de verdad, perversos se interpretan los versos. Muerte a las palabras que definen lo bueno, sin ser sinceras las mentiras de lo expuesto. Mujer joven, corazón blindado, anciana de adulterados encuentros rebuscando en lo lejano.

Las palabras mágicas son sencillas, el billete de avión crea sonrisas.
La onomatopeya del reloj no se calla, parece que llama a los ojos para la mirada, una hora tatuada en papel esmeralda, es hora de descubrir la verdad del hombre entre llamas congeladas.

Atornillar la lengua en la boca de la infamia, purifica, calla, se llena de una miel opaca de virginidad probada. Mil estancias de mil ciudades quemadas, un solo pueblo en las montañas, paz de niña afligida, momentos perdidos rompen en lagrimas, el amor la calla, la ciega bajo la luz del sol en trances de columnas partidas, son de pájaros, de nuevo a la vida. Donde se confunden tranquilidad y soledad.

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