lunes, 8 de junio de 2015

Nariz de cristal


Busco la manera de llegar hacia aquella causa perdida, una mirada no basta, las manos no llegan a abarcar el significado paulatino. Son betas de un árbol que no decrece, ser que no muere.
Las infinidades de razones escritas y por escribir, momentos regalados, entregados, enmarcados, pintados. Palabras en una emisión ininterrumpida, sin dejar de ofrecer una señal, un mensaje direccionado hacia el norte. Hasta hacerse uno con la estática de la aurora boreal.
En cada momento, en cada lugar, no existen limites para conectar el vinculo entre dos almas. La separación estelar se supera. Fe sobre la voluntad de querer, un querer más fuerte, corazones fuertes.

Las nubes que se acercan pasaran de largo compartiendo la esencia de su tristeza, bendeciremos su bendición, bailaremos en honor a ella, lloraremos en aprovechar ese flujo, para barrer nuestras penas hacia la tierra que recibirá, alimentar al mundo con nuestra sal. Nuestro lugar, el cuerpo vivo que nos ha otorgado la libertad de encontrarnos aquí, en un más allá.
Fuimos parte de lo mismo alguna vez, volveremos a estar unidos, en otro cuerpo, en otro ser. Entre el alma brillante de un árbol gigante.
Pureza en las decisiones difíciles, dolor ante la incertidumbre. El humilde resplandor de aquello sinceramente deseado. Inquietud y falta de paz. Un lugar oscuro donde estar, una excusa divina para escapar.

Me sigo enamorando de la imagen que me sigue mirando, de otro sueño protagonizado por el amor, de lo mismo que me llevo hasta donde estoy. Otra nueva canción, otra nueva razón, la pasión que se renueva con cada pequeño descubrimiento que otorga aquello que se respira, que llena un ojo de alegres lagrimas divinas.
Me sido enamorando de la imagen que me mira con esos ojos cargados de chispas apunto de estallar en un fulgente despertar de una ternura contenida. Ayudándome, haciendo de mi mirar un reflejo de su ojos. La luz de la virtud, virtudes que tienes tú.

De amor me hablas siempre tú, desprendiendo ese hermoso abstracto sin desearlo. El contado regalo al milímetro calculado. Poco a poco la dosis justa, mantenerme despierto y siempre al tanto. Queriendo por siempre ser parte imprescindible del ser que representas. Tus herramientas son sutiles y casi imperceptibles. Las usas sin usar, o las usas sin que yo me de cuenta. Pero algo pasa en plena claridad, me enamoro de ti cada día más.

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