martes, 30 de junio de 2015

Hartazgo de lo cotidiano


Son los silencios que sin ser audibles se distinguen, la expresión imaginada de una cara repleta de lagrimas. Esa cara es un espejo en el que me miro reflejando, un yo mismo femenino. Cualquier lugar es mejor que estar donde mi cuerpo esta.
Más allá de la nada no encuentro salida, más allá existe la tentativa de soñar con lo imperdonable. Actuar de la forma acordada es un pecado capital, tan vació de reproche como el pecado original. Estar por estar o ser un alma coherente con la justicia personal. El costumbrismo o ligarse a rezar.
La vida con ojos ajenos, lo ajeno que nunca observa hacia acá, y la soledad; tan cruda y aderezada con gruesa sal, un chiste maldito que no te mata. Vivir con la dolencia de existir, formar con el regalo divino un camino distinto, donde ser o no ser no es la cuestión. Lugar secreto en el corazón, una mentira del ego que oculta la razón, la pepita dorada de la salvación. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario