viernes, 18 de octubre de 2013

Ardorosa


Idéntico al tesoro que engendro la primera vida mientras el tiempo bailoteaba indeciso sin saber como ser. Ella atravesó las nubes de espuma y dio la señal de indicaciones no establecidas. De su piel fue surgiendo todas aquellas partículas que vemos y no vemos. Danzando descontroladas a ritmo repetitivo. Abrazándose para sentir y crear calor. Todo era unión menos su corazón. Esperanzadamente construyo a partir de sus entrañas algo similar que pudiera acompañarla, formo un mundo donde poder disfrutarlo, arboles de dulce frutas para alimentarlo, agua y aire que lo abastecieran de vida, liquido magma que aportase temperatura, algo abstracto que denomino alma, y se dio labios para que un beso eléctrico lo despertara.

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