lunes, 21 de octubre de 2013

Falange de guijarro


El río en el que mis pies estaban hundidos era liquido, observando la composición de gas, luz, y seguramente vida, vida en un estado diferente a la mía. Frió, ausencia de calor, calor es movimientos, y yo petrificado ante tanta belleza. Mis células morirían si tuviesen ojos, ojos para ver la majestuosidad, observarla y paralizarse como mi mente ante la colosal realidad. El agua congelada quemaba, la brisa era cálida ante la comparación. Donde ya no existía nada, existía, todo era un yo y yo era todo, de una forma diferente pero igual.

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