martes, 1 de octubre de 2013

Pre-Crimen / Máxima previa


—¿Qué hago aquí?
—¿Por qué lo preguntas?
—¿No ves mis manos y mis pies?
—¿Que tienen?
—Son muy pequeñas.
—Si.
—¿Si?
—Sí, claro.
—¿Es que no te das cuenta?
—Si me doy cuenta.
—Entonces no respondas eso, responde a mi pregunta.
—¿Quieres que responda porqué termina un bebé en el infierno?

La corrupción, ente latente en lo vivo, lo muerto, ha marcado de guía al destino.
Cuando todo comenzó a moverte esta cualidad de la materia tomo partido, opto por participar tomando las riendas del coas. Sustancia inextinguible.

—¿Pero que tiene que ver conmigo?
—Tu eres coas.
—Pero si acabo de nacer.
—Eso no justifica el destino.
—¿Mi destino?
—Tu futuro.
—Yo no he tenido futuro.
—No, gracias a la hegemonía del destino.
—Tengo muchas preguntas.
—Puedo responderlas.
—Hazlo por favor.
—Comienza.

Esenciales destinos conforman lo venidero, ulterior a sucios o puros.
No conformes con el tiempo nuestro juicio es perpetuo, más allá de cuestiones temporales, destinatarias de lo que es o puedo ser. Tu eres tu como tiempo, actos irremediables. Frío destino.

—¿Soy malvado?
—No me manejo en esos términos. Para la raza humana lo eres.
—Pero no siento maldad, incluso, no te temo.
—No tienes que temerme, solo gestiono.
—Pero tienes aspecto atemorizarte.
—La vorágine trasforma.
—¿Yo seré como tu?
—Puede que algún día.
—No tengo miedo.
—Deberías tenerlo.
—¿Como es que yo se tanto si nunca viví?
—No te confundas, tu cuerpo no corresponde con lo que seras.
—Es injusto que me esclavicen de esta manera.
—Más injusto es el futuro que crearías.
—No puedo crear si nunca lo intento.
—Puedes creerme cuando digo que así es mejor.
—¿Mejor para quien?
—Mejor para la vida.

Es inexpugnable el ciclo natural que ejerce el universo con sus fuerzas mágicas, así como yo fui adjudicado a estas tareas impuras, tu deberás responder por tus actos incompletos en este plano. 
Circunstancias no destinadas de índole de extremo místico provocaron tu muerte, pero las reglas son las reglas, las reglas no cambiaran.

—Si tuviera la oportunidad podría cambiar.
—Pero no la tienes.
—Tu podrías cambiarlo.
—Yo podría destruir el universo.
—¿Y por qué no lo haces, eres el malo no?
—Si lo hiciera me aburriría.
—¿Tan divertidas es la gestión de la tortura?
—Puede, al menos es más entretenido que juzgar dinosaurios.
—¿Dinosaurios?
—¿Inesperado verdad?

El seguía sedente en el regazo del gran cordero, esperando su custodio, que algún esqueleto enfundado en manto negro lo retirara. 
Hablar de tiempo es absurdo, pero el tiempo pasaba. En todo momento se sintió tranquilo en abdicación de toda salvación.

El jefe lo observo y cruzaron miradas.
—Puedes quedarte sentado, hablando conmigo por toda la eternidad.
—Eso seria un mayor martirio.
Se siguen mirando fijamente a los ojos y rompen a reír.


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