jueves, 31 de octubre de 2013

Tutorial para enfriar


Me despido de todo y de lo que queda de mi mundo (si es que alguna vez fue mio)

No es ni grande ni eléctrica la tormenta, se compone de un granizo en niebla helada que sienta bien porque es lo único que se siente.

Una revolución para una vida en revolución donde el alcohol es amigo de ausencias, besan las pulgas que amamantan los animales, la suciedad abunda donde el cansancio se congrega, con brisa del mar de polvo. Nada es subjetivo donde la integridad de todo vive parásitada por todos. Solo queda escapar, ha nadie le importara otra victima del terrorismo de mediocridad.

Algo que las palabras puedan alagar quedara entumecido por aquellos momentos que la maldad busca apagar, se piden continuas disculpas para enfriar las amarguras, como si el dolor fuera capaz de aceptar dos palabras como parte de un perdón que guarda consigo un sentir de contrición. Calla, porque el silencio es señor y aliado de los débiles de corazón, del cobarde que esconde su infracción en desinterés, delito de mezquina maquinación.
Cansador es pensar en volver al pozo donde todo comenzó, una palabra mal ejecutada desvanece la constancia, aquella esperanza tan buscada, a veces peleada he inventada por la soledad que amarga atemorizando la llegada de los tiempos donde se completa la nada.
Quiero escapar en busca de un lugar donde las personas valgan, que valer sea parte y causa de una razón de seguir encarrillado en la perseverancia de la esperanza romántica, que sea táctil y sensible a nuestra emoción junto a la razón.

El bicho que pica por sus razones ofrece un vinculo de dolor a su receptor, un sentimiento real de trasmisiones que a través del cuerpo, provoca emociones, un alarido o un gesto que reviva mayores sentimientos que la perdida de lo que en un instante fue pagando perdón. El silencio, el silencio dio forma a los dolores latentes, le otorgo la invisibilidad necesaria para que el otro pudiera creerse en control, la moneda de cambio para relacionar la salud del vinculo con avance he integridad, el vació es la mentira de la armónica confraternidad.  

Los poemas que infundaban seguridad se redactaron en la verdad, las razones que te intentas formar no son nada comparadas con aquellas que en tu interior burbujean en los recuerdos que te hicieron regresar.
Esperare siempre por la respuesta hacia la esperanza. Quizás mis méritos lejanos no sean acogidos por tu existencia actual, que te confunde sin dejar pasar la luz que imperiosamente urjo por ceder hacia la muralla de esperanza que te cuesta alumbrar. Si tu necesidad dejara de ser un cristal oscurecido instantáneamente tu cuerpo y el mio disfrutarían de un sueño merecido.

Si el mañana fuera el ayer intentaría recuperar el tiempo que nos hice perder. Si el club de dioses renaciera de la imaginación entregaría mi alma por tu perdón, tu razón, vivir como vivo, vivir sin vos, no puede seguir siendo esa persona. Es hora de buscar una respuesta satisfactoria, la he buscado en tu alma como en tantas pocas, y no necesito de guías para afirmar que tu te distingues entre las demás. Tus prosas pueden ser carencias y las carencias las mayores virtudes que tengas. Te vi delicada, te vi humana, así te quise y de esa misma forma te pelee. Si el minuto que te tomas en responder ofensivamente lo tomases para creer, tengo la certeza fiel de poder abrir en tus ojos colores que antes te asustaba ver.

Ya no quedan silbidos de aves al amanecer que despierten las ganas de emprender un viaje con otro ser. Despertar en abrazos dormidos es uno de las medios que tiene el apego para engatusar a los cuerpos a necesitar ese encuentro, alimenta a chocolate los labios sedientos de besos o matizar cuantos encuentros se dieron en los días previos. Carcajadas con acompañamiento motorizado en labios gruesos, anchos, facciones normales que se victimizan con ser inapreciables. La felicidad la trajo el deseo, el deseo hizo su parte y luego se apago porque el oxigeno fugo, quedando ya frió el combustible que encendió en su momento la certeza del compromiso eterno.

Escribiendo de madrugada me doy cuenta que me diste más con tu ausencia que con tu presencia.

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