viernes, 31 de enero de 2014

Fin de enero - Treinta y un dias de ensueño


Hoy conversas con un converso, un ser nuevo, trasformado por los hechizos lanzados en nuestro duelo. Ganaste la libertad de control, la posesión poética de mi calor.
Conocí a una diosa que se ha trasformado en ser humano por mi. Contigo fue volver a nacer. No existirá un antes, solo un después. Una rana arruinada que caer en el conjuro del beso.

La felicidad no existe. Existes tú, por eso no podía encontrarla antes de tropezar y ser salvado por brazos que enredaron mi vida de felicidad.

No sabre como actuar ante tus ojos que me admiran. El temblor actual me derrumbara en lo presencial. Tus manos sagradas me calmaran, acariciaran mi alma que tan profundamente vibra por el temor de perder todo ese amor que solo tu pudiste despertar. Nada es comparado con esta real verdad. Pertenecemos el uno al otro en la eternidad.

Son tus fotos las que susurran las palabras que brotan, dictando todas aquellas cosas que te enamoran. Las únicas que pueden definir de alguna forma todo la belleza externa; solo tu eres capaz de contarme quien eres por dentro, la que me enciende en llanto de alegría. Supongo que en persona irías directamente a mi boca. Utilizar tu lengua de otra forma.

Tu nombre. Cada una de las letras que lo conforman forman una oración de amor. Una frase, una canción, una oda a nuestra unión. Mi suave musa, mi hermosa luna, todo lo obtenible en una vida se encuentra dentro del alma que envuelves con tu cuerpo, cuerpos que ahora reposan juntos en el mismo sueño.

No hay comentarios:

Publicar un comentario