miércoles, 22 de enero de 2014

Sucio hermoso - Muesca lagrimar


Golpeó la puertas tres veces desde dentro. Hacia diez minutos que la observaba sentado en medio de una cama sucia y ennegrecida. Detrás de el una luz pasaba por una ventana gris por el polvo de años de acumulación, era una ventana metálica, cristales gruesos y opacos. Arrodillado miro y toco el vidrio, estaba frió, se escuchaba una brisa y lluvia, un hilo de aire entraba rápidamente provocando un sonido continuo. El cuarto rectangular, pequeño con muebles viejos, un armario enfrente de la puerta. Llevaba puesto un pijama de cuadros, tenia apariencia de haber sido usado, como todo lo de la habitación. Bajo un pie y luego el otro mirando siempre hacia la puerta de madera; se estaba descascarando y parecía como si la hubiesen arañado infinidad de veces. El suelo frió lo exalto y sintió su cuerpo por completo, tenia frió. Fue hacia la puerta, paro, observo detenidamente, siguió camino con la mirada que termino en aquel ropero tan tétrico, agarro firme la manija de la puerta y tiro sin fuerzas, intento, intento y la abrió, la luz le dejo ciego y apoyándose en el marco de la puerta miro el gigantesco cráter que quedaba a cientos de metro por debajo de el. Estaría en un edificio de unas diez plantas mirando un pozo de escombros de kilómetros. En un cielo gris de nubes de tierra caían unas gotas negras hasta donde alcanzaba la vista, la visión de aquello le quito las emociones, el frió que sentía se evaporo lentamente por las pulsaciones que el miedo le causo, quería pensar, quería pensar en algo, en algún porqué a todo esto. Buscaba los recuerdos que tendría, pero era como si no supiera nada, y hubiese nacido de esas sabanas podridas en las que despertó. Desespero pensando como salir de aquel cuarto aislado, miro hacia abajo y le sacudió el vértigo echándose hacia atrás, asomo el cuerpo al vació he intento mirar hacia un lado, vio unas escaleras que bajaban, pero no podría pasar, giro unos pasos hacia la ventana para abrirla, se abrió fácil y dio hacia una pila inmensa de ladrillos y columnas desprendidas hacia una colina que daba paso hacia abajo. Envolvió sus pies con mantas y bajo lentamente, los ojos no veían muy bien y el oxigeno correoso le forzaba la respiración, tardo mucho en bajar hasta un lugar llano. Termino en una calla relativamente limpia y se sentó en algo. Se sentó durante lo que parecieron horas, pero la luz no cambiaba. Miro hacia enfrente, ella lo miraba, se paro y sintió ojos oscuros llenos de lagrimas que caían por un rostro precioso, la suciedad y el polvo fueron parcialmente limpiados por sus lagrimas que formaron surcos en su cara. Caminaron torpemente el uno hacia el otro y cedieron de rodillas para abrazarse. Estaba increíblemente tibia, eso me relajo muchísimo, no sabia quien era, pero seguí apretando.

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